miércoles, 31 de octubre de 2007

Oficialistas atacaron a líderes y militantes de Primero Justicia


Caracas, 30OCT2007


AN prohibió a dirigentes de PJ el ingreso a la Cámara de sesiones.



La noticia no es que simpatizantes del oficialismo agredieron a dirigentes y militantes de Primero Justicia a las puertas del Parlamento. Tampoco que los legisladores, echando mano de los argumentos "formales" que suelen desdeñar en aras de la construcción del socialismo, le negaron el acceso al hemiciclo de sesiones a Julio Borges, Henrique Capriles Radonsky, Carlos Ocariz, Armando Briquet y Juan Carlos Caldera. No. La verdadera novedad es que aparecieron los huevos.

Ahora que lo único que cunde es la escasez, un puñado de seguidores del Presidente decidió lanzarle huevos a los representantes de PJ, que ayer acudieron a la Asamblea Nacional con la intención de seguir desde la tribuna de invitados la discusión del proyecto de reforma constitucional.

La sorpresa fue tal que muchos de los presentes no sabían si evadir la lluvia de huevos o tratar de atajarlos, tomando en cuenta que las posturas en cuestión llegan a cotizarse hasta por 500 bolívares (ó 0,5 BsF). Otros lamentaban que los chavistas no intentaran malograr a los justicieros tirándoles latas de leche o paquetes de azúcar.

Antes de que se rompiera la paz en las afueras de la AN -y las cáscaras en el piso-, los bandos enfrentados desarrollaron una particular batalla de consignas. "No volverán", gritaban los rojos. "Nunca hemos estado", respondían los aurinegros que, además, repetían insistentemente: "De espaldas al pueblo, así no se legisla". Al final, unos socialistas que difícilmente lleguen a ser brigadistas de Moral y Luces, bufaron: "Julio, fascista, maldito imperialista"; "esos gusanos no son venezolanos"; y "de día fascistas, de noche transformistas". Amplio repertorio.

Borges y sus correligionarios pudieron ingresar a Palacio, acompañados por el diputado Carlos Escarrá. Reunidos en Secretaría, Escarrá les explicó que no les estaba permitido entrar a Cámara porque su solicitud no se ajustaba a los requisitos establecidos en el Reglamento Interior y de Debates. Los justicieros rechazaron la exposición de su antiguo profesor, pero se retiraron en calma.

En la puerta los esperaban los chavistas y para evitar males mayores, el actor Pedro Lander se montó en las rejas y emitió una proclama cívica: "Déjenlos salir, ellos son unos imbéciles y una basura".


http://www.eluniversal.com/2007/10/31/pol_art_oficialistas-atacaro_567799.shtml

¿Qué es el fascismo?


Fascismo (del italiano fascio, haz, fasces, a su vez del latín fasces, pl. de fascis) es una ideología y un movimiento político totalitario que surgió en la Europa de entreguerras (1918-1939) en oposición tanto a la democracia liberal (el sistema político que representaba los valores de los vencedores en la Primera Guerra Mundial, como Inglaterra, Francia o Estados Unidos, a los que considera "decadentes") como al movimiento obrero tradicional (anarquista o marxista, este último escindido a su vez entre la socialdemocracia y el comunismo, que desde 1917 tenía como referente al proyecto de estado socialista que se estaba desarrollando en la Unión Soviética). Radicalmente contrario a ambos, se presenta como una tercera vía.

El fascismo exalta la idea de nación frente a la de individuo o clase; suprime la discrepancia política en beneficio de un partido único y los localismos en beneficio del centralismo. Utiliza hábilmente los nuevos medios de comunicación y el carisma de un líder en el que se concentra todo el poder. Aprovecha los sentimientos de miedo y frustración colectiva para exacerbarlos mediante la violencia, la represión y la propaganda, y los desplaza contra un enemigo común (real o imaginario, interior o exterior), que actúa de chivo expiatorio frente al que volcar toda la agresividad de forma irreflexiva, logrando la unidad y adhesión (voluntaria o por la fuerza) de la población. Es expansionista y militarista, utilizando los mecanismos movilizadores del irredentismo territorial y el imperialismo que ya habían sido experimentados por el nacionalismo del Siglo XIX.

El concepto de régimen fascista puede aplicarse a los sistemas políticos autoritarios de la Europa de entreguerras y a los que se imponen por todo el continente durante la Segunda Guerra Mundial; de un modo destacado y en primer lugar a la Italia de Benito Mussolini (1922) que inaugura el modelo, seguida por la Alemania de Adolfo Hitler (1933) que lo lleva a sus últimas consecuencias, y cerrando el ciclo, la España de Francisco Franco (desde 1936) que se prolonga mucho más tiempo y evoluciona fuera del periodo (hasta 1975). El fascismo en la Alemania nazi o nacional-socialismo añade un componente racial, adoptado en un segundo momento por el fascismo italiano y el resto de movimientos fascistas o fascistizantes, para los cuales el componente religioso es mucho más importante, tanto que Trevor-Roper ha podido definir el término Fascismo clerical (entre los que estaría el nacionalcatolicismo español).

La componente social del fascismo pretende ser interclasista: niega la existencia de los intereses de clase e intenta suprimir la lucha de clases con una política paternalista, de sindicato vertical y único en que trabajadores y empresarios obedezcan las directrices superiores, como en un ejército. Tal es el corporativismo italiano o el nacionalsindicalismo español. El nacionalismo económico, con autarquía y dirección centralizada se adaptaron como en una economía de guerra a la coyuntura de salida de la crisis de 1929. No obstante, no hubo en ningún sistema fascista ni planes quinquenales al estilo soviético, ni cuestionamiento de la propiedad privada ni alteraciones radicales del sistema capitalista más allá de la intervención del mercado. Estas características sirven como base a una crítica (de orientación tanto liberal como materialista) que resalta la conveniencia del fascismo para la burguesía.[1] .

Desde ese punto de vista, se suele mantener que los movimientos fascistas de entreguerras fueron alimentados por las clases económicamente poderosas (por ejemplo la alta burguesía), para oponerse a los movimientos obreros y a la democracia liberal. Esa tesis fue defendida en 1936 por el historiador Daniel Guérin (Fascismo y grandes negocios), en la que lo asocia a un complejo industrial-militar, expresión que sería posteriormente reutilizada para definir otros contextos, como el de la carrera de armamentos entre la Unión Soviética y los Estados Unidos.

Aunque es una cierta simplificación, se suele considerar al fascismo como un movimiento de derecha ya que los aliados del fascismo históricamente han estado en las clases económicas más poderosas. A pesar de esto, ciertas características del fascismo italiano provienen del socialismo estatalista, ya que Mussolini, antes del término de la Primera Guerra Mundial, era un importante ideólogo obrerista y militante Partido Socialista Italiano, en donde ya gestaba el fascismo, aun así difícilmente se puede considerar al fascismo como una forma del socialismo.

El fascismo es un movimiento "totalitario" en la medida en que aspira a intervenir en la totalidad de los aspectos de la vida del individuo. En realidad, el fascismo surge con vocación de ir más allá de las ideologías tradicionales y se presenta como la superación de todas la demás ideologías, es mucho más cercano al populismo (sea cual sea su tendencia o bandera) que a una ideología política específica.

El fascismo hace hincapié en el nacionalismo, pero su llamamiento ha sido internacional. Surgió con fuerza por primera vez en distintos países entre 1919 y 1949, sobre todo en Italia, Alemania y España. En un sentido estricto, la palabra fascismo se aplica para referirse sólo al partido italiano que, en su origen, lo acuñó, pero se ha extendido para aplicarse a cualquier ideología política comparable. Del mismo modo, Japón soportó durante la década de 1930 un régimen militarista que presentaba fuertes características fascistas. Los regímenes fascistas también existieron en periodos variables de tiempo en muchos otros países. Incluso democracias liberales como las de Francia e Inglaterra tuvieron movimientos fascistas importantes durante las décadas de 1920 y 1930. Después de la derrota de las potencias del Eje Roma-Berlín-Tokio en la Segunda Guerra Mundial, el fascismo sufrió un largo eclipse, pero en los últimos tiempos ha reaparecido de forma más o menos abierta en las actuales democracias occidentales, sobre todo en Francia y en Italia.

Se caracteriza por ser anticomunista, antiliberal, oponerse a la democracia de partidos, a la pluralidad y a la variedad. Exalta el sentimiento irreflexivo y promueve la unidad de la Patria, ante todo (es totalitario). Promueve en lo económico un tipo de capitalismo corporativista.

El fascismo tiene una base racial en Alemania por donde nace el nazismo, aunque no en Italia; los nazis construyen el mito de la raza aria superior de origen nórdico (en realidad, los nazis confunden la teoría de un pueblo indoeuropeo original con la poco científica teoría nórdica). Para realizar esta amalgama ideológica se basan en fuentes mitológicas y literarias, así como en los textos clásicos dedicados a consagrar la desigualdad de las razas. El ideario del partido nazi se nutre también de publicaciones y panfletos de carácter ocultista. Italia aprobará también leyes raciales en un segundo momento por la presión de los nazis. Asimismo, la concepción alemana se alimenta de tesis antisemitas medievales y supersticiones de carácter romántico. El antisemitismo era muy fuerte en muchos lugares de Europa y los nazis explotaron ese sentimiento a conciencia. El resultado fue que en muchas ocasiones los verdugos de las SS eran superados por soldados de países aliados, a los que tenían que contener (por ejemplo Rumanía).

Es muy controvertido el papel de la Iglesia católica al respecto: se acusa a Pío XII de tibieza, cuando no de complicidad, por no condenar de modo claro el régimen nazi y la persecución de judíos desde un primer momento. Muchos criminales de guerra de la Segunda Guerra Mundial huyeron a Suiza y a Argentina con la ayuda de religiosos católicos (algunos con pasaportes del Vaticano y disfrazados de sacerdotes).

El fascismo desdeña las instituciones del Estado republicano y sustituye el voto como expresión de la voluntad popular por las expresiones masivas de apoyo al líder. Hitler utiliza el plebiscito como arma en las relaciones internacionales: sus grandes decisiones son apoyadas por plebiscitos de apoyo masivo utilizados como amenaza: el líder fascista se presenta como portavoz de la nación unificada que habla con una sola voz. Esto refuerza otro de sus elementos principales: el "liderazgo carismático". El líder es casi divino y su liderazgo no es racional: "Führer", "Duce", "Caudillo", etc. El Fascismo no considera un valor la libertad de expresión y recurre a la violencia sistemática para obtener el poder o mantenerse en él; la violencia tiene un valor positivo para el movimiento fascista, es una fuerza de cambio, al igual que la juventud, que también es exaltada. Mussolini, fundador del PNF Partito Nazionale Fascista, opuso a los principios de la Revolución Francesa de «libertad, igualdad y fraternidad» la consigna «creer, obedecer y combatir».

El fascismo lleva a cabo una "estatización" de la política: adopta uniformes y lenguaje militar y le da un gran valor a los símbolos y a las grandes concentraciones. Se opone al concepto de razón y quema libros para demostrarlo. El Fascismo es fuerza, vitalidad, energía, violencia y juventud, no pensamiento racional. Los intelectuales son despreciados. El Fascismo manipula las ideas de Friedrich Nietzsche sobre el poder de la voluntad y la creación del hombre superior. Las tesis de Nietzsche, por el contrario, condenan el proselitismo y desprecian a los fanáticos (véase Así habló Zarathustra). En diversos lugares del mundo, los movimientos fascistas surgieron apoyados por corrientes ultramontanas de sectores nacionalistas extremos. En general, describieron como su enemigo a una conspiración internacional formada por judíos, comunistas y masones (la sinarquía) (aunque pueden incluir en ese entramado a cualquier organización que juzguen trasnacional) y opuesta a los intereses del Estado-nación, como el capitalismo excesivamente aburguesado y que no reporte beneficios a tal Estado. La oposición a la masonería, que puede parecer anacrónica, responde sin embargo a una lógica de continuidad del tiempo histórico en el que la red de los masones permanece como custodia invisible de las ideas del liberalismo. Los fascistas sustentan una ideología de lucha entre los estados que se resuelve mediante la imposición y expansión del más fuerte.

El "imperialismo", entendido como una política exterior expansiva, es otro de los rasgos clásicos del fascismo; generalmente se apoya en mitos del pasado, lo que refuerza su carácter romántico, más de religión que de ideología. Los fascistas quieren recuperar el esplendor pasado y las denominaciones de sus regímenes aluden a eso ("III Reich"). Los fascistas reclaman territorios que consideran suyos por derecho histórico y sus líderes están en conexión con esencias de carácter místico o sagrado.

Aunque no todo gobierno militar es fascista, el término suele usarse para designar a las dictaduras y a los partidos o agrupaciones que se expresan mediante la violencia o predican el autoritarismo y el desprecio por quienes no piensan del mismo modo. En la actualidad el término "fascista" se asocia con la extrema derecha y las ideas de corte racista y autoritario. En general, se suele denominar "fascista" a todo el que intenta imponer por la fuerza su criterio sobre el de los demás.

En "principio" se habla de fascismo para referirse al movimiento político autoritario de Benito Mussolini, pero por extensión suele aplicarse a cualquier manifestación de autoritarismo. Sin embargo, uno de los primeros modelos fascistas, aunque aún sin ese nombre, lo creó en Francia, a comienzos del siglo XX, el escritor Charles Maurras, con su partido Acción Francesa y su grupo de choque juvenil, al que llamó los Camelots du Roi.

Véase también: Fascismo (Italia)

A finales del siglo XIX empezó a tomar cuerpo en Italia una ideología nacionalista ultraconservadora que se denominó fascio. Tras la Primera Guerra Mundial, el país estaba empobrecido, el gobierno era débil y había muchos resentimientos porque Italia no estaba de acuerdo con las conclusiones del Tratado de Versalles.

En 1919, Benito Mussolini canalizó el descontento popular y fundó el Partito Nazionale Fascista (PNF), caracterizado por su oposición a las ideologías políticas liberales y al comunismo. La alta burguesía italiana utilizó a los fascistas para desarticular los movimientos obreros organizados y Mussolini fue reuniendo partidarios, hasta que, en 1922, obligó al rey de Italia, Víctor Manuel III, a entregarle el poder, que detentó con el título de Duce (caudillo).

Las ideas fascistas tuvieron eco en casi todos los países europeos y algunos sudamericanos (Argentina), sobre todo en Alemania y en menor medida en España, donde cobraron importancia organizaciones de corte fascista como el Partido Nacional Socialista Alemán de los Trabajadores (nazi) y la Falange Española respectivamente.

Mussolini captó voluntades entre los jóvenes a través de la agrupación de los camisas negras, así como Adolf Hitler tuvo sus camisas pardas, como continuidad del modelo de Maurrás. Los despliegues de masas, organizados y disciplinados, formaron parte de la liturgia fascista en Italia, Alemania y Grecia.

En Grecia, el General Ioannis Metaxas estableció un régimen de carácter fascista en 1936. El Fascismo Griego tenía muchos paralelismos con el fascismo alemán e italiano (militarismo, saludo romano, intervencionismo, doctrina racista y nostalgia por las glorias pasadas del país), aunque algunas características propias lo distancian. El periodo fascista en Grecia acabó en 1941, con la muerte de Metaxas y la ocupación alemana.

En España, el general Francisco Franco contó con la ayuda de los fascistas italianos y los nazis alemanes para derrotar al ejército republicano en la guerra civil iniciada en 1936, e instaurar un régimen dictatorial que duró 36 años y que al principio contó con el apoyo de los falangistas, de cuño fascista. La alianza entre Hitler y Mussolini conocida como Eje Berlín – Roma fue un paso previo al inicio de la Segunda Guerra Mundial.

El fascismo en sus expresiones más tradicionales resurgió en Occidente en las décadas de los 80 y 90 del siglo XX bajo el nombre de neofascismo, aunque con formas no muy distintas a las que tuvo históricamente. En concreto en Italia apareció después de la segunda guerra mundial bajo la forma del partido político Movimento Sociale Italiano (misinos)

Recientemente, con el surgimiento en la escena internacional del fundamentalismo islámico a partir de la revolución iraní (1979) y su extensión a otras repúblicas islámicas, así como al terrorismo internacional; para calificarlo peyorativamente se ha venido utilizando el epíteto de islamofascismo, aunque tales movimientos ideológicos son bastante alejados entre sí.

http://es.wikipedia.org/wiki/Fascismo

De lo anterior se deduce claramente que quienes actúan como fascistas son los chavistas, los seguidores de Chavez Frías, y éste en primer lugar es quien promociona un fascismo de izquierda. Pero sus seguidores se limitan a repetir las consignas de su líder, como loros, sin conocer el verdadero significado del vocablo "fascismo".

Katya

1 comentario:

Anónimo dijo...

El fascismo desde luego que tiene otras caras encubiertas de mascara izquierdosa, aunque un gobierno se diga de "izquierda", sus actitudes que toma con su población, desde luego que deja mucho que desear, cuando está de por medio el juego baratero y sucio del poder político y económico.
¿De algo servió que los inquietos usuarios del Sistema de Transporte Colectivo (Metro) hallan rayado un espacio de mica protectora destinada a la propaganda en las estaciones de ese transporte masivo?. Seguramente algunos psicólogos se acercaron al gobierno capitalino para argumentar la "importancia" que surten las estrategias liberadoras de las frustraciones en las que el establishment gubernamental y empresarial mantienen postrada a la población mexicana. Ahora nos dice el gobierno capitalino por medio de su Secretaría de Cultura en comunicación con la UNAM y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes: "Un Espacio para tus sentidos", en donde debemos rayonear nuestras inquietudes, nuestros pesares financieros, nuestras alegrias fantasmales; ahora nos dicen en donde vomitar las inquietantes injusticias de la "justicia" mexicana; ahora nos dicen en donde rayonear lo que pensamos de las telenovelas del duopolio nacional o lo que pensamos de los paliativos para combatir la delincuencia. ¡¡Rayonear en el metro me da risa!!; convertirnos en unos meros grafiteros novatones custodiados por la policia para recordarnos que estan ahí presente y atentos a lo que rayoneamos, ¡vaya vulgaridad!. Desde luego que vino a mi memoria la libertad con la que se expresan los grafiteros callejeros y el anonimato que los cubre.
ZeetobÁ