El ex presidente de Honduras Rafael Leonardo Callejas (1990-1994) (i) llega a la escena del asesinato de su hermano, José Eduardo Callejas, este 10 de noviembre de 2009, en Tegucigalpa. Según una persona que en ese momento se encontraba con el fallecido en el interior de un vehículo, dos desconocidos llegaron en una motocicleta, se aparcaron y "bajaron del cuello" a Callejas "para pegarle un tiro".
TEGUCIGALPA -- Dos sicarios en una motocicleta mataron a tiros el martes a un hermano del ex presidente Rafael Leonardo Callejas (1990-1994) en la capital hondureña.
La portavoz de la fiscalía general, Lorena Cálix, dijo que investigan el asesinato de José Eduardo Callejas, de 51 años, a quien unos hombres sacaron de la camioneta en que viajaba y le dispararon a quemarropa.
Su cuerpo quedó tirado en la calle junto al vehículo, mientras sus asesinos huyeron de inmediato del lugar.
"Esto ha causado un dolor muy profundo a toda mi familia... y no puedo hablar", dijo el ex mandatario a periodistas al llegar al lugar del crimen. Callejas es actualmente congresista por el opositor Partido Nacional, que lo llevó al poder.
La muerte violenta de Callejas, ingeniero civil de profesión, se suma a una serie de asesinatos y atentados perpetrados recientemente contra familiares y funcionarios públicos en Honduras.
Entre ellos están un sobrino del presidente de facto Roberto Micheletti y el de un coronel del ejército que era el jefe de la industria militar, ocurridos por separado el 25 de octubre.
El alcalde del Partido Nacional, Nelson Javier Portillo, y uno de sus guardaespaldas murieron la noche del lunes en la región central de Honduras, en otro atentado.
Asimismo, el fiscal general Luis Rubí fue atacado a tiros cuando salía el sábado de su finca en Comayagua, a unos 130 kilómetros al norte de Tegucigalpa. Viajaba con su esposa y dos nietos. Todo salieron ilesos.
El 4 de noviembre, pistoleros dispararon contra el alcalde de La Virtud, Arnulfo Rodríguez, y su vicealcalde Santos Ramos cuando participaban en actividades políticas. Resultaron ilesos, pero uno de los atacantes murió.
El Nuevo Herald
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