Chávez trata de neutralizar la gira de Uribe con una rueda de prensa ante corresponsales extranjeros, a quienes les echa la teoría de los lanzacohetes "robados hace 14 años" y el cuento de la invasión de paramilitares enviados a Caracas por la oligarquía colombiana "que odia a Venezuela" El presidente Hugo Chávez aseguró este miércoles que el gobierno de Uribe busca "chantajear" con sus denuncias sobre armas venezolanas halladas supuestamente en poder de las FARC, y calificó esta acción como una "jugada sucia" de Colombia. "Es el gobierno de Colombia, tratando de chantajear, es un estilo del gobierno de Colombia", afirmó el mandatario nacional en rueda de prensa, con corresponsales de la prensa extranjera, los únicos periodistas que tienen acceso al mandatario, y a quienes Chávez les explicó que no es ninguna casualidad que Bogotá hiciera la afirmación después de que su gobierno protestara por la instalación de bases militares estadounidenses en territorio colombiano.
"Es el arma sucia de los famosos lanzacohetes, una jugada sucia, artera, traicionera, una puñalada por la espalda", insistió el Presidente en referencia a las denuncias de la cancillería colombiana sobre presuntas armas suecas entregadas por el gobierno nacional a las FARC.
Chávez aseguró que las fotos de los lanzacohetes, presentadas como pruebas por parte del gobierno colombiano, son misiles ya disparados y fueron robados por las FARC hace 14 años, en el conocido ataque al puesto naval de Cararabo, en Apure.
El jefe del Estado responsabilizó de este nuevo conflicto a la oligarquía colombiana "que no quiere la unidad” entre los dos países. Chávez incluyó también a “los yanquis” quienes también “no quieren la unidad”.
Chávez advirtió que la instalación de bases estadounidenses en Colombia podría desatar un conflicto bélico en América Latina. "Estas bases podrían ser inicio de una guerra en Sudamérica. Se trata de los yanquis, la nación más agresora de la historia de la humanidad", dijo.
“Ahora instalan 3,4, 5 bases militares norteamericanas en la narices de Venezuela. Nosotros tenemos derechos a protestar. Comenzamos a alzar nuestra voz, y ahora sacan lo de los lanzacohetes. Son acusaciones infundadas”, explicó Chávez que calificó la acusación colombiana de "chantaje".
Como ejemplo de sus aprensiones por una posible invasión, Chávez recordó que hace cinco años llegaron a Caracas 300 paramilitares "de la mano del gobierno colombiano”, en una acción que no dudó en calificar de "respaldada por la CIA”.
“Los trajeron a una finca cercana a Caracas, donde los capturamos con uniformes del ejército venezolano”, dijo e indicó que el objetivo del grupo armado era "asaltar el Palacio de Miraflores", es decir, llevar adelante un golpe de Estado.
TalCual
Creo que en el puesto de Cararabo no tenían lanzacohetes AT4... ¿contra qué blindados iban a usar ese tipo de armamento?
Katya
Cararabo: Cuenta pendiente de la narcoguerrilla terrorista
Rafael Marrón González
Era domingo aquel 26 de febrero de 1995, a 13 años de hoy, veía la programación de la mañana por un canal de TV que interrumpió su transmisión para emitir el primer boletín de los varios que alarmaron por su crudeza al pueblo venezolano. Ocho infantes de Marina habían sido asesinados vilmente en un ataque nocturno de la infame narcoguerrilla terrorista que desangra miserablemente en una espiral implacable de violencia cobarde y delictiva al hermano país colombiano.
El motivo del ataque fue eliminar un puesto de vigilancia que impedía el contrabando de gasolina venezolana indispensable para el procesamiento de cocaína en territorio colombiano bajo sometimiento guerrillero. Las imágenes que presenciamos los venezolanos, guiadas por José Vicente Rangel, cuando era periodista y no había trasegado su dignidad al poder, eran inauditas, los jóvenes patriotas que custodiaban las fronteras de su país, presentaban entre trece y diecisiete tiros cada uno, y sus gargantas habían sido cortadas para sacarles la lengua y dejárselas colgando como dantescas corbatas, para la carcajada de la infamia.
Fue, según supimos después una prueba de “valor” para reclutas drogados que debían demostrar ante la bestialidad de sus amos lo que eran capaces de hacer contra el vencido y lo que debían esperar los pueblos de ambas naciones si lograban sus objetivos. En declaraciones de prensa, dadas algunos años después al periodista Roberto Giusti, el comandante Alexis, el despreciable cabecilla de los homicidas, que hoy se encuentra a buen recaudo en una celda de máxima seguridad de la prisión de La Picota, informaba, para remarcar su desprecio por las Fuerzas Armadas Venezolanas, que llevaron la libertad a su país, que habían encontrado a los infantes de Marina “llorando en el baño”, y que a otro que se escondía debajo de una cama lo mataron de un tiro en la nuca. Malditos sean donde quiera que estén. Por eso me indigno cuando observo a este insólito gobierno venezolano apurruñándose con esta salvaje camarilla de delincuentes, a la que Chávez, con su discurso apologista, pretende vendernos, a pesar de semejante crimen contra nuestros compatriotas, como héroes “bolivarianos” que en nombre de la supuesta liberación de su patria, que evidentemente, por el rechazo que reciben de su sociedad, nadie les ha pedido, secuestran, asesinan misioneros de paz, trafican drogas y lanzan bombas contra la inocente población civil, por lo que han sido considerados terroristas de alta peligrosidad por todas las civilizaciones del mundo y por el propio Gobierno de Colombia que como tales, les ha declarado la guerra total. En justa retribución a este apoyo, ya para vergüenza de la decencia nacional, los bestiales terroristas elenos y faracos se confiesan símiles del pensamiento bolivariano para degradación del egregio nombre de Bolívar. Algo sumamente grave para la seguridad de los adversarios políticos y disidentes de este gobierno, porque constituye una real amenaza dada las características homicidas de este grupo irregular como lo pueden aseverar las miles de víctimas inocentes de la sociedad civil colombiana y los cientos de secuestrados que mantienen en su poder sin mencionar los miles de niños mutilados por sus bombas “quiebrapatas”.
La prensa nacional reseñó así la noticia
“Como “un típico acto de graduación de las guerrillas colombianas” y el más grave ataque contra efectivos venezolanos en por lo menos cuatro años, fue calificada la incursión contra el puesto fluvial de la Armada en Cararabo, sobre el río Meta, en el estado Apure, que dejó como saldo ocho infantes de marina muertos, cuatro heridos y tres desaparecidos, confirmó ayer el Gobierno nacional. Utilizando el factor sorpresa, cerca de setenta irregulares colombianos tomaron por asalto el puesto fronterizo venezolano y, apertrechados con armas largas, morteros y cohetes, arremetieron contra los efectivos de la Armada. Los guerrilleros asesinaron a los cuatro centinelas y, una vez dentro de las instalaciones, dieron muerte a otros cuatro efectivos. Sustrajeron dos lanchas, alimentos, medicinas, armamento y municiones. Dos de los soldados que murieron en el ataque fueron abiertos con armas blancas, lo que demuestra la forma criminal y el ensañamiento con que actuaron para apoderarse del puesto fronterizo. Además se supo que los irregulares dieron un tiro de gracia a un infante de marina que trataba de ocultarse debajo de una cama. El ataque fue interpretado como “un típico acto de graduación de la guerrilla colombiana”, que realiza este tipo de incursiones como un bautizo de fuego para demostrar la capacidad ofensiva de sus nuevos miembros, según voceros militares. (…) La Armada emitió un pronunciamiento sobre el incidente, que calificó como “un cobarde ataque perpetrados por bandoleros colombianos”.
El presidente de Colombia declaró
El presidente de Colombia, para aquel entonces Ernesto Samper Pizano, en comunicado entregado a la prensa internacional, señaló que: “El Gobierno de Colombia expresa su indignación y rechazo por la matanza de los ocho infantes de Marina venezolanos ocurrida en la mañana de ayer en la localidad de Cararabo, en vecindades de Puerto Páez, y manifiesta asimismo su condolencia al pueblo hermano de Venezuela, a su gobierno y a sus Fuerzas Armadas, y reitera su firme decisión de combatir todas las modalidades de criminalidad que amenazan con propagar la intranquilidad y la violencia en la zona de frontera”.
El Ejército colombiano vengó a los nuestros liquidando a cuatro de los asesinos.
Días después del atentado la prensa colombiana destacó: “Cuatro guerrilleros de la columna Domingo Laín, del Ejército de Liberación Nacional (ELN) que participaron en el ataque contra la Infantería de Marina de Venezuela, en el puesto de Cararabo, fueron liquidados en un enfrentamiento, informó el ministro interino de Defensa y comandante de las fuerzas militares de Colombia, general Harold Bedoya Pizarro, citado por la agencia AP.
Los guerrilleros murieron en un enfrentamiento con el Ejército cerca de Puerto Carreño, municipio del Departamento Vichada, zona limítrofe con Venezuela, del río Orinoco. Los muertos y otro que fue capturado, fueron parte de la columna que asesinó a ocho infantes de Marina venezolanos el 26 de febrero de 1995, según un informe de la IV División del Ejército. “Esta es una buena respuesta para los grupos que quieren desestabilizar las relaciones entre los dos países”, agregó. Bedoya también descartó que los ataques de grupos guerrilleros colombianos, en la frontera con Venezuela, provoquen una guerra entre los dos países. “La guerrilla quiere crearle a Colombia y a los colombianos un problema internacional”, afirmó el ministro en un debate sobre la paz, efectuado en la Cámara de Representantes. “Ese es el objetivo del ELN y de las FARC, que en los últimos tres años han perpetrado 10 ataques en territorio de Venezuela, con un saldo de 21 militares venezolanos muertos”. Los militares y civiles de ambos países estamos convencidos de que nadie puede desestabilizar nuestras excelentes relaciones, pero advirtió al Congreso que para favorecer un clima de paz las Fuerzas Armadas colombianas no pueden permanecer pasivas ante la ofensiva de la guerrilla a través de la frontera. Cómo no combatir estos grupos que quieren acabar con el Estado y desestabilizar nuestras relaciones internacionales. Para hacer la paz hay que hacerle la guerra a los terroristas, dijo el jefe militar”.
Habla el “comandante” Alexis
El periodista Roberto Giusti viajó a la zona guerrillera en Colombia y logró entrevistar al comandante Alexis, quien luego caería en poder del Ejército colombiano: -¿Qué buscan ustedes en Venezuela? ¿Sostén económico para su guerra en Colombia, entorpecer la democracia, la toma del poder? – Venezuela nos merece admiración y aprecio como pueblo hermano. Nuestras acciones nunca han estado dirigidas contra el pueblo venezolano, sino contra los grupos más reaccionarios de las fuerzas militares y contra esos supuestos ciudadanos venezolanos que hacen apología de la guerra.
Cuando ustedes matan ocho jóvenes venezolanos en Cararabo, ¿no están matando a parte del pueblo venezolano?
- Es lamentable que existan fuerzas militares con gente no preparada. Yo le voy a explicar claramente lo ocurrido en Cararabo, pues no quiero que este hecho se tome como una agresión contra el pueblo venezolano, así los militares sean también sus hijos, porque eso maccarthyza las cosas. Los ataques nuestros contra la Guardia y el Ejército venezolanos han sido en respuesta a la agresión histórica de esas Fuerzas Armadas contra el pueblo colombiano. Hemos actuado como ejército revolucionario popular ante incontables agresiones, penetraciones en territorio colombiano, quema de viviendas.
¿Pero justifica eso la muerte de ocho jóvenes venezolanos?
- No la estoy justificando, pero debe quedar claro que la respuesta militar que le damos a las Fuerzas Armadas venezolanas es por su agresión contra nuestro pueblo. No estamos interesados en ir a pelear con ellos allá, ni construir el socialismo en Venezuela, porque eso le corresponde a los hijos de Venezuela: desarrollar su propia revolución. Nosotros estamos haciendo la nuestra, a la colombiana, para nuestro país, aunque nos solidarizaremos con los países que desarrollen su propio proceso de liberación.
- Yo le preguntaba por los ocho jóvenes venezolanos muertos en un ataque del ELN
- El Ejército venezolano que estaba en Cararabo era convencional. Las armas que tenían allí y que recuperamos demuestran que se preparaba una avanzada, incluso para un conflicto internacional. Era una base militar lista para la guerra. – ¿Para invadir a Colombia?
- No estamos hablando de una invasión, pero se trataba de un fuerte militar con toda la capacidad bélico logística y que debía tener un ejército entrenado, porque no puede ser que haya soldados allí, sin preparación, para manejar armas del calibre y el poder que encontramos”.
Correo del Caroní ratifica su solidaridad con la memoria de las víctimas.
Los soldados venezolanos, cuyas edades oscilaban entre los 25 y 28 años, vilmente asesinados por la narcoguerrilla terrorista colombiana, en un operativo destinado a la eliminación del obstáculo que impedía el libre tránsito del contrabando de gasolina, recurso indispensable para sintetizar cocaína, respondían a los siguientes nombres: Sargento técnico de primera José Orlando Colmenares Zambrano; sargento segundo José Gregorio Armada Aponte; cabo segundo José Ascanio Aponte, C/s Hernán Eloy Graterol Tovar, C/s Jacinto Viloria Pereira, C/s Nelson Gregorio Contreras; distinguido Félix Ramón Guarenas Silva y Distinguido Cándido Arenas Méndez. Pero, además de los mencionados, vaya nuestra memoria a las decenas de militares venezolanos asesinados y civiles secuestrados en las distintas incursiones realizadas por la narcoguerrilla terrorista colombiana a territorio venezolano, que ahora disfrutan de estatus de protección política de este extraño Gobierno venezolano
Realidad Alternativa
http://realidadalternativa.wordpress.com/2008/07/04/13-anos-de-la-masacre-de-cararabo/
1 comentario:
Realmente este "tipo" no tiene verguenza, realmente cree que la gente va a creer una historia tan mal montada al relacionar un robo de hace 14 años con los lanzacohetes de ahora. Es decir, no solo Colombia está loca según él, también una nación europea como lo es Suecia.
Definitivamente, a dónde llegaremos?
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