miércoles, 13 de agosto de 2008

Chávez tendrá que irse: o adopta una falsa identidad como predicador o babalao, como lo hizo Radovan Karadzic

Cuando comencemos a reclamar que se haga justicia por los daños y sufrimientos a este pueblo, por los muertos y heridos a causa de la violencia política que no podemos olvidar, los fraudes electorales, las limitaciones a los derechos políticos, la gigantesca corrupción, el saqueo a las arcas públicas, la destrucción de nuestra economía, el inadmisible empobrecimiento, el intervencionismo en otros países, la complicidad con grupos terroristas, delitos graves causados por una tiranía institucionalizada con 26 decretos dictatoriales (y los que faltan), Chávez tendrá que irse: o adopta una falsa identidad como predicador o babalao, como lo hizo Radovan Karadzic, “el carnicero de Sarajevo”, que fungió como curandero en Belgrado;
o cogerá sus petates y huirá a Bielorrusia, Cuba, Zimbawe, Irán o Bolivia, si es que sigue Evo en el poder, porque sucumbirá cuando Chávez caiga en desgracia y las solidaridades compradas con fusiles, misiles y chatarra bélica no podrán salvarlo del juicio internacional que le espera y que lo inhabilitará por el resto de sus días. Es cuestión de tiempo.

Las inhabilitaciones políticas a un grupo nutrido de candidatos de la oposición son la prueba más reciente de violación a los derechos humanos y a las reglas democráticas. A medida que se irrespeten los derechos humanos y las víctimas reclamen justicia ante los organismos internacionales, Chávez tendrá menos oportunidad de mantenerse intocable y su entrega a las Cortes Penales será un verdadero acontecimiento internacional. Precisamente por miedo a la justicia internacional es que quiere perpetuarse en el poder y cerrar las vías democráticas.

La endeblez de la oposición

Las elecciones regionales del próximo 23 de noviembre son una oportunidad para abrir los caminos democráticos.

Ya sabemos cómo se presentará el panorama electoral: en los estados y municipios donde la oposición concurre dividida ganaran los candidatos del oficialismo, excepto en los municipios de la Gran Caracas donde el oficialismo no postuló candidatos porque los da por perdidos y le conviene reducir los espacios de la oposición a esos límites, para seguir vendiendo el discurso de que tenemos una verdadera democracia participativa y un organismo electoral autónomo y transparente.

Lamentablemente en esos municipios bastiones de la oposición (Chacao, Baruta y El Hatillo) donde los candidatos han debido dar ejemplo de Unidad, por el contrario, han exhibido sus ambiciones personales en desmedro de ella debilitando la participación electoral.

La endeblez de los candidatos y la incertidumbre en los planes de Gobierno son otros factores que desaniman al electorado, que ve perder otra oportunidad de tener alcaldes y gobernadores comprometidos con la planificación y la transformación urbana, que se nieguen a subsumir los municipios en esa espiral degenerativa que ha transmutado a la ciudad capital en una “poceta”.

La puñalada trapera

Tampoco favorece a la oposición la trastada que las cúpulas de Un Nuevo Tiempo, Primero Justicia y Copei le hacen a la Unidad considerando la candidatura para la Alcaldía Metropolitana del chavista arrepentido Ismael García. Irrespetan el pacto de Unidad suscrito el 23 de enero y le juegan sucio a un candidato de oposición como Antonio Ledezma, que en las elecciones celebradas en el 2004, junto a Andrés Velásquez, renunció a sus legítimas aspiraciones para gobernadores y alcaldes para no fracturar la unidad. De ese sacrificio no se acuerdan, y ahora Ledezma puede terminar inhabilitado, no por el contralor Russián sino por los cogollos partidistas.

El Nacional
Marianella Salazar

1 comentario:

Same dijo...

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