Secuestrado el año pasado cuando se dirigía a su finca en el municipio San Felipe del estado Yaracuy, en el centro de Venezuela, Félix C. fue conducido durante "muchas horas en carretera con los ojos vendados'' hasta que fue liberado 45 días después en las afueras de la ciudad colombiana de Cúcuta, con el compromiso de terminar de pagar un rescate de $465,000 en moneda venezolana.
En un testimonio relatado a El Nuevo Herald, Félix (un nombre falso para proteger su identidad) aseguró que sus secuestradores pertenecían a grupos subversivos basados en Colombia.
Los plagiarios "hablaban con acento colombiano'' y operaban desde un "centro de comando que impartía y recibía órdenes de otros comandos en Bogotá, el Arauca o la Guajira'', dijo el sexagenario productor agropecuario y comerciante venezolano, que oyó numerosas llamadas y conversaciones por radio durante el tiempo que estuvo cautivo.
"Era una especie de comando urbano. En muchas oportunidades, ellos se hablaban con ese lenguaje militar en las conversaciones que tenían con los otros comandos'', agregó.
A Félix le exigieron el pago de 1,000 millones de bolívares, pero cuando dijo que sólo podía cumplir con 600 millones, sus secuestradores le propusieron canjearlo por uno de sus hijos hasta que pagara los 400 millones restantes, por lo que fue liberado una vez que entregó a su hijo y a un empleado de confianza de su finca, como prenda de garantía.
Poco tiempo después regresó a Cúcuta, cerca de la frontera con Venezuela, para pagar el dinero restante y recuperar a su hijo y al empleado.
"Este flagelo del secuestro ya dejó de ser un delito fronterizo, para convertirse en un delito nacional'', dijo a El Nuevo Herald Manuel Cipriano Heredia, vicepresidente de la Federación Nacional de Ganaderos de Venezuela (Fedenaga), que lleva un registro riguroso de los secuestros, la mayoría de ellos de productores del campo.
El de Félix es uno entre decenas de casos de productores que son secuestrados en Venezuela y luego llevados a territorio colombiano para negociar su liberación con representantes de grupos guerrilleros colombianos, como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Según testigos y autoridades consultadas por El Nuevo Herald, estos grupos han ampliado su radio de acción más allá de las zonas fronterizas, para incursionar más abiertamente a lo largo y ancho del territorio venezolano, utilizando una estructura y métodos sofisticados, similares a los que emplea la guerrilla en Colombia.
"Trabajan de una forma extremadamente organizada. Muchos de los secuestrados se sorprenden porque sus plagiarios conocen todo el inventario de sus patrimonios en detalle'', dijo Fhandor Quiroga, productor agropecuario y directivo de la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción (Fedecámaras) en Yaracuy, uno de los estados más afectados por los secuestros.
Según Quiroga, productores y comerciantes secuestrados sólo en Yaracuy, un pequeño estado de 500,000 habitantes, pagaron unos $4.6 millones en rescates durante el 2007, gran parte de ese dinero a grupos vinculados a la guerrilla colombiana.
Por primera vez desde que Hugo Chávez asumió el poder en 1999, estos grupos tienen presencia en importantes sectores montañosos y selváticos en Yaracuy y Barinas, además de las zonas fronterizas tradicionalmente penetradas por la guerrilla en los estados Zulia, Táchira y Apure.
"Tenemos numerosos testimonios sobre grupos de irregulares vestidos con indumentaria militar en zonas como el macizo de Aroa y Yumare, en las montañas de Yaracuy'', informó Quiroga.
"En Barinas es vox populi que la guerrilla está establecida en la reserva forestal de Ticoporo-Uribante-Caparo, que es una zona de aliviadero'', dijo Antonio Bastidas, ex diputado del Consejo Legislativo de Barinas y dirigente del movimiento opositor Un Nuevo Tiempo.
Bastidas aseguró que en la zona también circulan columnas del Frente Bolivariano de Liberación (FBL), un grupo prochavista que también ha sido señalado como responsable del cobro de vacunas y de numerosos secuestros.
"La guerrilla colombiana actúa libremente a nivel nacional'', aseguró César Pérez Vivas, dirigente del opositor partido Copei, que como parlamentario investigó en el pasado numerosos casos de secuestros fronterizos a cargo de grupos subversivos colombianos.
"No cabe duda de que cuentan con protección, identidad y logística'', explicó Pérez Vivas, refiriéndose al caso de Rodrigo Granda, el llamado "canciller'' de las FARC, que cuando fue capturado a fines del 2004, vivía a una hora de Caracas con una identidad venezolana falsa y había votado en el referéndum revocatorio a favor de Chávez.
A pesar de los señalamientos y las evidencias, el presidente Chávez ha negado que la guerrilla colombiana secuestre a venezolanos en territorio nacional.
Durante un programa de televisión el pasado fin de semana, Chávez aseguró que "la guerrilla colombiana no mantiene a venezolanos secuestrados'', aunque admitió que estaba dispuesto a investigar si le suministraban pruebas de lo contrario.
En respuesta, Fedenaga dio a conocer su más reciente registro estadístico, revelando que una buena parte de los 68 venezolanos que aún permanecían secuestrados al cierre de 2007, están en poder de las FARC o el ELN.
La agrupación gremial indicó que un total de 279 venezolanos fueron secuestrados en el 2007, un 43 por ciento más que en el 2006.
De acuerdo con las cifras de Fedenaga, en casi nueve años de administración chavista se han registrado 1,505 secuestros, en contraste con los 305 contabilizados en los 40 años anteriores, entre 1959 y 1998.
"Históricamente, la cifra de secuestros estaba prácticamente limitada a la zona fronteriza de los estados Táchira y Zulia. Ahora han aumentado porque los secuestros son en todo el país'', afirmó Rafael Marcial Garmendia, ex presidente de Fedecámaras y productor en el estado Lara, en la región centrooccidental de Venezuela.
Las estimaciones numéricas de Fedenaga fueron confirmadas por organismos de inteligencia en Colombia esta semana.
Grupos antisecuestros y guarniciones militares colombianas han identificado a 24 venezolanos que permanecen secuestrados por las FARC y unos 40 cautivos en manos del ELN, de quienes existen pruebas de supervivencia, indicaron reportes de la prensa colombiana.
Un alto funcionario militar, el general Freddy Padilla, declaró el domingo en Bogotá que "las FARC tienen montado un negocio transnacional y también secuestran ecuatorianos y venezolanos''. El alto militar aseguró que algunos de estos plagiados "los traen a Colombia''.
Uno de estos casos podría ser el del productor Porfirio Dávila, secuestrado en junio del 2003 por grupos subversivos en su finca de Abejales, al sur del estado Táchira, fronterizo con el Departamento Norte de Santander.
"Todas las investigaciones de los cuerpos de seguridad (venezolanos) apuntan hacia el ELN'', dijo su hijo Porfirio Dávila en una conversación con El Nuevo Herald.
Los primeros días después del secuestro, "recibimos más de 30 llamadas de los secuestradores, que eran realizadas desde teléfonos en Colombia'', indicó Dávila hijo. "Se identificaron como un grupo revolucionario y pidieron un rescate de $300,000, una cifra imposible para nosotros''.
Pero después de que que lograron negociar una cifra más baja y tenían el dinero listo, "de repente la comunicación se interrumpió hasta hoy en día''.
Dávila aseguró que conoce unos 20 casos de secuestrados en el Táchira que viven una situación similar, en la que "no sabemos nada de nuestros familiares''.
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