Reprueban ONG, Iglesia y militares de Colombia idea de Chávez de quitar estatus de terroristas a FARC y ELN; Clara Rojas recuerda al venezolano que el secuestro es delito de lesa humanidad
La petición del presidente venezolano Hugo Chávez de que las FARC merecen ser retiradas de la lista negra de organizaciones terroristas ha provocado un alud de críticas, empezando por la de la ex rehén Clara Rojas, quien pese a agradecer la gestión del mandatario para su liberación le recordó que el secuestro es un delito de lesa humanidad y la mayor guerrilla colombiana mantiene en cautiverio a más de 700 personas, muchos atados con cadenas a los árboles de las inhóspita selva.
En declaraciones a los periodistas en rueda de prensa, en un hotel de Caracas, la ex compañera de fórmula presidencial de Ingrid Betancourt, con quien fue secuestrada en 2002 y de la que no sabe nada desde hace tres años, dijo sobre la propuesta de Chávez: “Me preocupa que ellos (las FARC) digan que son el Ejército del Pueblo, (pero) en un ejército organizado uno no ve que enseñe a la gente a secuestrar... yo veo que de alguna manera tienen una organización, en principio parecería ser que es una organización delictiva; tiene gente secuestrada. ¿De dónde surge su dinero?”, se preguntó en aparente alusión al narcotráfico.
Clara Rojas recordó que las FARC comenten “acciones con bombas” y subrayó que “estar secuestrado es una violación total de la dignidad humana”. Indicó que entre los rehenes de las FARC “hay personas que están enfermas y el hecho que todos los soldados y policías estén encadenados es doloroso, es doloroso porque los tienen de esa manera las 24 horas”.
“Aquí son respetados”. El viernes Chávez pidió a Colombia y otros gobiernos que reconozcan que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) son “fuerzas insurgentes que tienen un proyecto político, un proyecto bolivariano que aquí es respetado”.
Su canciller, Nicolás Maduro, llegó a decir incluso que si se quiere avanzar “hacia la liberación de todas las personas que están presas por el conflicto colombiano, y se quiere avanzar hacia la paz, un paso necesario es ir hacia el reconocimiento de las FARC como fuerza político-militar, beligerante, insurgentes de las fuerzas que están en la lucha armada”.
La posición del gobernante venezolano sobre las FARC contrasta dramáticamente con sus ataques a la oposición venezolana, especialmente a los medios de comunicación independientes y a los estudiantes universitarios, a los que no dudó en llamarlos repetidas veces “terroristas”.
Estupor en Colombia. En respuesta, el portavoz de la presidencia colombiana César Mauricio Velázquez leyó un comunicado que recuerda que “todos los grupos violentos de Colombia son terroristas. Terroristas son las FARC, el ELN, los paramilitares en proceso de desmantelamiento. Son terroristas por atentar contra una democracia respetable y por sus métodos de exterminio de la humanidad”.
Señaló que la lucha de los grupos guerrilleros “no es ideológica; al contrario, es acumular dinero proveniente de la crueldad y de los negocios ilícitos”.
El dirigente de la Comisión Nacional de Conciliación (CNC), Augusto Ramírez, dijo que “es inaceptable que Colombia caiga bajo la extorsión o el chantaje” de la fórmula de Chávez, que exige “reconocer como no terroristas a quienes lo son, para mejorar la relación” entre los dos países.
Gobiernos de AL se distancian del venezolano
Aliados de Chávez, como el presidente de Ecuador, Rafael Correa, se distanciaron de las declaraciones del venezolano. Correa dijo que “independientemente de juzgar los objetivos que persigan (las FARC) el fin no justifica los medios”.
El nuevo presidente de Guatemala, Álvaro Colom, manifestó que aunque a las FARC “lo motive un ideal”, lo que hacen “es una acción ilegal”.
Argentina prefirió lavarse las manos y el vocero del gobierno, Alberto Fernández, dijo que “esa es la visión del presidente Chávez”.
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