A relatives mourn during the wake for South Ossetian citizen Vazha Bestaev in the town of Ardon 30 km south of Vladikavkaz, Russia, Thursday, Aug. 14, 2008. Vazha Bestaev died in recent fighting in Tskhinvali on Aug.12.2008. MIKHAIL METZEL / AP
Eva Terashvili, an 82-year old resident of the evacuated village of Plavi, comforts her grandson, Otari, 3, on steps outside the Department of Refugees in Tbilisi, Georgia, Thursday, Aug. 14, 2008. Hundreds of internally displaced Georgians wait outside the Civil Registration Center to register their arrival in Tbilisi. Sergei Grits / AP
A Russian soldier moves through the woods on the outskirts of Gori, northwest of the capital Tbilisi, Georgia, Thursday, Aug. 14, 2008. Russian troops began pulling out Thursday from this hub on Georgia's main east-west highway, Georgia's Interior Ministry said, where the soldiers' presence raised fears that Russia would challenge a shaky cease-fire agreement. Darko Bandic / AP
Russian soldiers sit atop of an APC as they are on patrol in the flashpoint city of Gori on August 14, 2008. Access for humanitarian aid workers to the Georgia conflict zone has not improved despite a truce between Moscow and Tbilisi, the European Commission said. A senior Russian commander said that Russia's armed forces were not yet ready to give a date for their withdrawal from the breakaway Georgian region of South Ossetia. DIMITAR DILKOFF / AFP/Getty Images
Soldados rusos apuntan sus armas hacia tropas georgianas en las afueras de Gori, Georgia, el jueves 14 de agosto de 2008.
El presidente de Georgia dijo el jueves que una columna de tanques y otros vehículos rusos avanza a la segunda ciudad más grande del país, y que las fuerzas de Rusia controlan ya un tercio del territorio georgiano. En Moscú, el canciller declaró que el mundo ‘‘puede olvidarse'' de que Georgia retome sus dos provincias separatistas.
En declaraciones a periodistas extranjeros en la capital georgiana, el presidente Mijail Saakashvili dijo que el convoy ruso estaba aproximadamente a medio camino entre las ciudades occidentales de Senaki y Kutaisi.
"No tenemos idea de lo que hacen'', señaló por su parte el primer ministro georgiano Lado Gurgenidze, acerca de la columna rusa. "Una explicación sería que tratan de aterrorizar a la población civil''.
Rusia no respondió de inmediato a las acusaciones. Ambas partes han emitido declaraciones contradictorias desde el 7 de agosto, cuando estalló el conflicto luego de que Georgia buscó retomar la provincia separatista de Osetia del Sur.
Pero el canciller ruso Serguei Lavrov descartó que Osetia del Sur y Abjasia, otra provincia separatista, vuelvan a ser parte de Georgia.
"Uno puede olvidarse de cualquier conversación sobre la integridad territorial de Georgia porque, creo, es imposible persuadir a Osetia del Sur y a Abjasia de que estén de acuerdo con la lógica de que puedan ser forzadas a regresar al estado georgiano'', dijo Lavrov a periodistas.
De acuerdo con dos funcionarios de la defensa estadounidense, la información más reciente del Pentágono no reveló el jueves ningún movimiento relevante de las fuerzas o tanques rusos. Las fuentes señalaron que si los tanques avanzan hacia Kutaisi, es probable que su destino final sea sólo Osetia del Sur.
Los hechos ocurrieron en un día en que las fuerzas rusas ingresaron a ciudades, bosques y campos georgianos en busca de equipo militar abandonado por las fuerzas de ese país durante la guerra de una semana.
En Washington, el secretario de la Defensa, Robert Gates, dijo que no veía necesidad de llamar a las fuerzas militares estadounidenses para intervenir en la guerra entre Rusia y Georgia, pero advirtió que las relaciones entre Moscú y Washington podrían experimentar un deterioro duradero si los militares rusos no retroceden.
"Estados Unidos pasó 45 años trabajando muy duro para evitar una confrontación militar con Rusia'', dijo Gates. ‘‘No veo razón alguna para cambiar hoy esa estrategia''.
Los sucesos del jueves representan un desafío para un acuerdo de cese de hostilidades patrocinado por la Unión Europea.
El acuerdo de la UE había previsto que las fuerzas rusas y georgianas regresaran a sus posiciones originales, algo que no está pasando, en opinión de Rusia.
También el jueves, surgió un anuncio de que el presidente ruso Dimitry Medvedev se reunía en el Kremlin con los líderes de Osetia del Sur y Abjasia, en una señal clara de que Moscú busca un acercamiento con esas regiones, posiblemente para absorberlas.
El gobierno estadounidense dijo que ignorará loas amenazas rusas sobre las regiones separatistas. Sin embargo, la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, se dirigía rumbo a Georgia para pedir a ese país, aliado de Estados Unidos, que firme un acuerdo de alto al fuego con Rusia, que incluiría concesiones aparentes a Moscú pero preservaría las fronteras georgianas, dijo un funcionario de Washington.
El pacto amplía un acuerdo negociado por Francia, que daría a las fuerzas rusas de paz el derecho expreso de realizar patrullajes más allá de Osetia del Sur.
El funcionario, quien solicitó permanecer anónimo porque el pacto no está concluido, señaló que hay clarificaciones importantes en el documento, y que Estados Unidos apoyaría la idea de conferir más poderes a las fuerzas rusas de paz sólo si sus tareas fueran limitadas, bien definidas y temporales.
En tanto, Georgia pidió a la Corte Internacional de Justicia que ordene a Rusia un alto inmediato a los ataques contra la población civil. Es la segunda vez en dos días que Georgia pide al máximo tribunal de la ONU su intervención en el conflicto.
El jueves aparecieron fuerzas rusas en otras zonas de Georgia, como en Poti, una ciudad con puerto en el Mar Negro y con una terminal petrolera importante.
En Tiflis, georgianos desplazados levantaron tiendas de campaña en un campamento de refugio provisional, colgando ropa lavada y desplegando colchones.
"No tenemos camas, seis de nosotros dormimos en el suelo. No tenemos nada'', dijo una mujer georgiana llamada Manana a un equipo de APTN, la rama televisiva de The Associated Press, en Tiflis.
Los periodistas de la AP, Misha Dzhindzhikhavili y Matti Friedman en Tifli; Mansur Mirovalev en Tskhinvali, Georgia; Jim Heintz y Vladimir Isachenkov en Moscú; Alexander Higgins in Ginebra; Carley Petesch en Nueva York, y Matthew Lee, quien viaja con Rice, contribuyeron con este despacho.
El Nuevo Herald
http://www.elnuevoherald.com/167/story/262316.html
Terminada su campaña en Georgia ¿qué quiere Rusia?
Fue una guerra breve y victoriosa. Ahora el Kremlin debe decidir qué hace con su triunfo.
Rusia aparentemente alcanzó sus objetivos inmediatos en la ofensiva contra las fuerzas militares georgianas en Osetia del Sur:
El Kremlin afirmó su dominio militar histórico en la región y castigó a Georgia por su ataque sorpresa a Tsjinval, la capital de Osetia del Sur, una provincia georgiana con ansias secesionistas.
Además, humilló al presidente georgiano Mijaíl Saakashvili, enemistado con Moscú por presidir una pequeña nación independiente que plantó cara a su poderoso vecino.
Ahora, Rusia seguramente establecerá bases permanentes en otra provincia secesionista georgiana, Abjasia, que comprende el 67% de la costa de Georgia en el Mar Negro y cuenta con yacimientos de petróleo, y establecerá una zona de seguridad a lo largo de sus fronteras.
Tras ello, no hay certeza de lo que pueda ocurrir.
Una alternativa del Kremlin es acusar en un tribunal ruso de genocidio y asesinato en masa a Saakashvili, como parecer ser la intención de Moscú.
Los líderes rusos consideraron un genocidio la ofensiva contra Tsjinval, y sus investigadores se encuentran en Osetia del Sur en busca de pruebas. El primer ministro Vladimir Putin criticó a Occidente por no condenar la campaña militar de Saakashvili contra una de sus provincias insurgentes.
Otra alternativa sería que el Kremlin reconozca la independencia unilateral de Osetia del Sur y Abjasia, o incluso la anexión de las dos por parte de Moscú.
Tras el colapso de la Unión Soviética, una Rusia debilitada y empobrecida se afanó por recuperar su influencia. En los últimos años ha utilizado sus recursos energéticos para imponer su voluntad. Y ahora ha recurrido a su poderío militar sin excesivos miramientos en sus zonas aledañas.
"La situación en el área postsoviética ha cambiado significativamente", dijo Fyodor Lukyanov, editor de la revista Rusia en los Auntos Globales. "Rusia es capaz y está dispuesta a utilizar la fuerza fuera de sus fronteras. Es una situación diferente".
Empero, al explotar su victoria, Rusia se arriesga a enemistarse con la comunidad internacional - lo que podría perjudicar la economía del país y costarle gran parte del prestigio internacional que ansía. Occidente considera ahora expulsarla del Grupo de las 8 naciones más industrializadas.
Además, Rusia debe tener en cuenta las relaciones con sus vecinos, especialmente en la desaparecida esfera soviética. Algunos de los aliados de Rusia podrían congraciarse ahora con China, una competidora seria por los recursos energéticos de Asia.
Los especialistas en política exterior, así como los funcionarios de espionaje de Estados Unidos, concuerdan en que Rusia seguramente no ocupará permanentemente el territorio georgiano, ni respaldará las gestiones de las fuerzas secesionistas para acaparar más territorio.
El Nuevo Herald
http://www.elnuevoherald.com/258/story/262837.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario