El sector militar venezolano sufrirá la más radical transformación en un siglo y será moldeado siguiendo el esquema castrense cubano, de acuerdo a las nuevas disposiciones de la Ley de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FAN), las que entraron en vigor por decreto del presidente Hugo Chávez hace tres semanas.
La legislación contempla adscribir la milicia popular bolivariana directamente al Presidente de la República, promueve la creación de redes de inteligencia social inspiradas en los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) de Cuba, y da luz verde a la militarización de la sociedad, según expertos y analistas.
La normativa concede una licencia sin precedentes al primer mandatario nacional en el manejo del poder mili- tar, y le facilita la autoridad --no prevista en anteriores legislaciones-- de otorgar el mando militar sin respetar el orden jerárquico.
De ahora en adelante, los militares podrán ejercer funciones civiles que antes les estaban vedadas legalmente y podrán instaurar un sistema de inteligencia para recolectar información privada a través de los miles de centros comunales, esparcidos por todo el país con fines de seguridad y defensa.
"La nueva Ley de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana militariza la sociedad y coloca a los ciudadanos bajo órdenes militares'', explicó la experta en temas militares Rocío San Miguel, quien preside la organización no gubernamental Control Ciudadano, que monitorea al sector armado en Venezuela.
El presidente Chávez ha justificado continuamente los cambios legislativos y la reciente adquisición de más de $4,000 millones en armamento, principalmente ruso, argumentando que Venezuela necesita prepararse para la invasión de fuerzas "imperialistas'', y que la población debe ser movilizada para cumplir funciones de defensa en caso de un ataque externo.
Durante un encuentro en Caracas el viernes con su homólogo ecuatoriano Rafael Correa, el mandatario vene- zolano dejó en claro que "es la hora de la independencia'', y dijo que "los invito a no perder ni un sólo día para dar la batalla y derrotar a este nuevo imperio'', refiriéndose al gobierno de Estados Unidos.
Sin embargo, de acuerdo con analistas, las nuevas leyes del sector militar parecen estar diseñadas para aumentar el poder de los militares en todos los aspectos de la vida civil.
Según un estudio de Control Ciudadano sobre la legislación, en el numeral 8 del artículo 4 se establece como funciones de los militares la de "organizar, planificar, dirigir y cotrolar el sistema nacional de inteligencia y contrainteligencia militar'', sin establecer límites ni normativas adicionales para restringir estas actividades.
"Por el modo cómo ha sido redactada esta norma, los militares no tendrán condiciones ni límites para recopilar información sobre todos los sectores, públicos y privados, a no ser la amenaza contra la seguridad del país'', dijo San Miguel.
El pasado julio, el presidente Chávez ordenó el retiro de una Ley de Inteligencia y Contrainteligencia que había presentado a la Asamblea Nacional, luego que generara protestas de diversos sectores que cuestionaron el alcance de la legislación.
El mismo artículo 4 amplía el campo de acción de los militares a los servicios civiles, un campo que antes les estaba vedado, lo cual podría conducir a una virtual militarización de la sociedad.
La autorización para que la reserva de las FAN realice funciones de orden público, una actividad constitucional- mente reservada a los cuerpos de seguridad ciudadana no militares, significa una ‘‘militarización de la función policial'' que sería contraproducente, indicó el general retirado Enrique Prieto Silva, experto en legislación militar.
El tema de la milicia es uno de los más polémicos, según los analistas.
Según el artículo 46 de la ley, que define sus principales atribuciones, la milicia cumple más funciones que el resto de los componentes de la Fuerza Armada Nacional, y está adscrita directamente, sin intermediación de jerarquía, al primer mandatario nacional.
Tres numerales de este artículo definen los aspectos más polémicos. El numeral 11 establece que la milicia podrá ‘‘contribuir y asesorar en la conformación y consolidación de los Comités de Defensa Integral de los Con- sejos Comunales, a fin de fortalecer la unidad cívico-militar''.
El siguiente numeral, el 12, establece que la milicia podrá ‘‘recabar, procesar y difundir la información de los Consejos Comunales, instituciones del sector público y privado, necesaria para la elaboración de los planes, programas, proyectos de desarrollo integral de la nación y movilización nacional''.
El numeral 13 indica que la función de "coordinar con los órganos, entes y dependencias del sector público y privado, la conformación y organización de los Cuerpos Combatientes de Reserva, los cuales dependerán administrativamente de los mismos, con la finalidad de contribuir a la Defensa Integral de la Nación; Supervisar y adiestrar los Cuerpos Combatientes de Reserva, los cuales dependerán operacional- mente del Comando General Nacional de la Milicia Nacional Bolivariana''.
Esas disposiciones de la ley ‘‘activan un sistema de vigilancia sobre la sociedad, que permitirá a las milicias inmiscuirse en todos los aspectos de la vida ciudadana, sin prácticamente ningún límite'', indicó San Miguel.
Dos artículos, el 78 y el 80, ‘‘transforman el paradigma de mando y superioridad que venía funcionando en Venezuela en los últimos 100 años'', según el estudio de Control Ciudadano.
De acuerdo al artículo 78, sólo el Presidente tendrá la facultad de conferir el mando militar efectivo. "Anterior- mente, estas funciones se compartían con el ministerio de Defensa y los mandos de los propios componentes, para lograr un equilibrio. Ahora la facultad es sólo del presidente''.
El artículo 80 establece que "el personal militar en todos los grados o jerarquías estará subordinado al oficial que ostente el mando''.
"Esto quiere decir que un general de división puede estar subordinado a un subteniente, si éste ostenta el mando en una determinada unidad mliitar, conferida por el Presidente'', indicó el reporte de Control Ciudadano.
"Es una forma de disolución de la fuerza armada convencional, tal como se concibe en el mundo moderno'', dijo Orlando Ochoa Terán, un consultor privado de seguridad y experto en inteligencia militar, radicado en Nueva York.
Ochoa puntualizó que se trata de "un quiebre de la obediencia y la disciplina, favoreciendo la lealtad por encima de la jerarquía y la obediencia, principios básicos de toda organización militar''.
Por otro lado, los cambios militares impulsados por Chávez "emulan el proceso de sustitución militar empleado por Fidel Castro en Cuba, que sigue el esquema del pueblo en armas, y la movilización nacional en contra del imperialismo'', agregó Ochoa.
El Nuevo Herald
http://www.elnuevoherald.com/167/story/275298.html
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