sábado, 18 de octubre de 2008
El antiimperialismo en crisis
Al presidente Chávez le tocará vivir un dilema existencial
Mientras un escuadrón naval ruso navega por las tranquilas aguas del Atlántico rumbo al Caribe para una parodia de guerra fría tropical, las procelosas aguas de la crisis financiera batían contra el suelo a la economía de Rusia, el único país capitalista que por conveniencia geopolítica, les ha permitido a los regímenes de Irán y Venezuela armarse y proseguir su monserga antiimperialista.
“Cuidado con lo que deseas, se te puede cumplir” debían haberle advertido al Júpiter Tonante bolivariano cuando amenazaba al imperio con pulverizarlo. La realidad ha demostrado que si el capitalismo estornuda, Rusia y sus aliados pueden sufrir de pulmonía.
La pasada semana el tsunami financiero lanzó en caída libre el mercado de capitales de Moscú (RTS y MICEX) borrando de un tirón alrededor de billón (un millón de millones). Desde mayo pasado la Bolsa de Moscú ha perdido dos terceras partes de su valor. Para prevenir una catástrofe mayor se vio obligada a cerrar varias veces en una semana. Una acción sin precedentes en el mundo financiero. La estampida de capitales no se ha hecho esperar.
La dependencia del petróleo y otras commodities han hecho de Rusia uno de las economías más vulnerables y dependientes de Occidente. Pese a sus inmensas reservas internacionales y fondos de reserva, expertos presagian que el asertivo proceso de reactivar su obsoleta capacidad militar, será abruptamente interrumpida e impedirá otras incursiones militares como la de Georgia.
Venezuela es el único país del mundo que, en medio de esta crisis, habla de endeudarse para financiar más armamento. La sensatez no es una característica revolucionaria pero la realidad muerde, dicen los gringos. No obstante, la economía capitalista y salvaje de Vladimir Putin que juega a la multipolaridad con peones aquí y acullá de la geografía mundial, podría haber llegado a su fin.
Los ominosos presagios
Como resultado del impacto de la crisis sobre economías dependientes del petróleo la seguridad global saldrá ganando. El barril a 0 defendido por Irán y Venezuela ya luce utópico.
Durante los ejercicios de gobierno de los presidentes Mahmoud Ahmadinejad y Hugo Chávez, los subsidios de alimentos y programas sociales crecieron exponencialmente. La bonanza petrolera habilitó a Irán para financiar a grupos terroristas como el Hezbolá del Líbano, la subversión de Irak y Hamas en territorios palestinos.
Pronto Chávez y Ahmadinejad tendrán que decidir entre paliar el descontento popular o seguir esta loca ambición de influencia planetaria. Los proyectos sociales del presidente Correa de Ecuador, que emulaban a los bolivarianos, sufrirán un serio golpe. Tampoco escaparán otros países que patrocinan al terrorismo y a grupos subversivos como Sudán, Siria y North Corea.
El pasado lunes, el líder de los moderados de Irán, el ex presidente Mohammad Jatami, reunió en Teherán a líderes mundiales para discutir sobre “Religión y el Mundo Moderno”, en lo que parece el primer desafío al conservador presidente Mahmoud Ahmadinejad en las próximas elecciones presidenciales de Irán.
Las FARC encontrarán dificultades para recibir los respaldos de antaño. Colombia, menos afectada, redoblará los operativos militares para terminar de liquidarlas. Evo Morales y Daniel Ortega tendrán más dificultades para seguir esquilmando al Tesoro Nacional de Venezuela a cambio de pura verborrea antiimperialista.
Al presidente Chávez le tocará vivir un dilema existencial cuando la realidad política haga absolutamente obvio que deberá escoger entre el hambre de sus compatriotas y la urgencia sicológica de complacer los silenciosos reclamos de ayuda que observará en la paternal y angustiada mirada de Fidel Castro.
La seguridad y sus dividendos
Con la recesión planeando sobre la economía mundial y los augurios sobre los precios del petróleo, la seguridad global tendrá sus dividendos. A diferencia de Arabia Saudí, que bombea por encima de su cuota, Venezuela e Irán están en el límite de su capacidad.
La situación de Venezuela podría ser tan precaria económicamente que el grupo PCF Energy de Washington la considera la peor de todos los miembros de la OPEP, incluso comparada con la de Irán sometida a un bloqueo internacional y a la de Irak en guerra desde hace 5 años. El reto del régimen bolivariano será balancear sus cuentas y tratar de detener la caída de la producción por falta de inversión en el mantenimiento de sus pozos. Una misión imposible en tiempos de escasez.
Los sauditas y los otros países petroleros del Golfo que producen a un costo más bajo podrán tolerar un nivel de dólares el barril. Son malas noticias, pero la buena es que el terrorismo y la subversión serán golpeados con igual o peor intensidad así como los “autócratas petroleros” que se verán en problemas para sobrevivir.
Por Orlando Ochoa Terán
Diario de América
http://www.diariodeamerica.com/front_nota_detalle.php?id_noticia=4665
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