Mermadas, desmoralizadas y corrompidas por el narcotráfico las Fuerzas Armadas Revolucionarais de Colombia, FARC, ofrecieron este martes buscar una solución pacífica a la guerra en respuesta a una propuesta de paz que les había enviado un grupo de políticos, juristas y líderes de opinión encabezados por la senadora opositora Piedad Córdoba.
“Esta carta”, dicen las FARC, “es ya el comienzo del Intercambio Epistolar que nos proponen para discutir en torno a la salida política del conflicto, el canje humanitario y la paz”.
Para la tarde de este martes se esperaba un pronunciamiento del gobierno cuyas políticas de seguridad han puesto en desbandada a esa guerrilla.
La nota de la guerrilla, firmada por el “Secretariado del Estado Mayor Central”, dice que “participaremos de cara al pueblo en un diálogo con amplitud y franqueza, sin dogmatismos, sin sectarismos y sin descalificaciones”.
Para el diálogo que aceptan dicen que “es necesario esforzarnos en procurar la vinculación de la mayor cantidad posible de organizaciones políticas y sociales y de personas independientes”.
Esta no es la primera vez que las FARC proponen ponerle fin a la guerra y al terrorismo en una mesa de diálogo.
En pasados gobiernos, como los de los conservadores Belisario Betancourt (1982-1986) y Andrés Pastrana (1998-2002), esa organización accedió a dialogar de paz en procesos que, a la postre, utilizó solamente para tomar aire, recuperarse, crecer, rearmarse, reentrenarse y volver al ataque.
El nuevo pronunciamiento de las FARC es la respuesta a la carta de los políticos y otros, fechada el pasado 11 de septiembre, en la cual le solicitaban a la organización terrorista buscar por medios pacíficos una “solución de la crisis múltiple que aqueja a la sociedad y al Estado colombianos”.
La carta a las FARC dice que “demanda una juiciosa reflexión así como la participación de los distintos sectores expresados en la sociedad civil y de aquellos actores comprometidos en el conflicto interno armado, social y político que agobia al país”.
La posibilidad del diálogo pacífico tendría “el objeto de evitar daños a la institucionalidad y propiciar la construcción de una democracia plena con justicia social y paz en la que quepamos todos”.
“Nuestra aspiración”, decían los políticos en su carta, “es la de trabajar por desbloquear los caminos que conduzcan a la concreción de un Acuerdo Humanitario que permita la liberación de secuestrados y prisioneros en poder de la insurgencia armada de las FARC y, al propio tiempo, la libertad de los presos de esta guerrilla bajo la jurisdicción del Estado”.
En sus respuesta, conocida este martes, las FARC sostienen: “con beneplácito hemos recibido su misiva de septiembre que invita a explorar colectivamente caminos hacia la paz alejados del actual rumbo gubernamental de guerra perpetua que significa persistir en el imposible de una solución militar”.
También expresan que “saludamos el florecimiento de una corriente de opinión que se aparta del falso triunfalismo y de los parámetros de la solución guerrerista a los grandes problemas nacionales”.
“Nuestra disposición a explorar posibilidades hacia el canje humanitario y la paz con justicia social que es hoy el clamor y la necesidad más urgente y sentida de toda la nación, continúa invariable”, agrega la organización terrorista.
También asegura que “la liberación unilateral de seis ex congresistas en el pasado reciente [enero de 2008], entregados al Presidente Hugo Chávez y a la senadora Piedad Córdoba […] es testimonio fehaciente de voluntad política”.
La carta de los políticos había expresado “la certeza de que los presidentes y jefes de Estado de pueblos hermanos en el hemisferio y de los denominados países amigos europeos concurrirán de manera solidaria a apoyar los procesos de diálogo que estamos proponiendo”.
También aseguran que “ya existe una apreciable corriente de opinión que favorece la promoción de factores contrarios a la solución armada”.
El Nuevo Herald
http://www.elnuevoherald.com/167/story/311225.html
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