jueves, 9 de octubre de 2008

Israel conmemora desde anoche el “Yom Kipur”, conocido como “Día del Perdón”

Yom Kippur Havdallah



Israel conmemora desde anoche el “Yom Kipur”, conocido como “Día del Perdón”, el más solemne del calendario hebreo, en el que se paraliza toda actividad y los judíos observantes ayunan y rezan durante largas horas en las sinagogas.

Desde ayer, poco a poco las calles del país se quedarán vacías y tanto los judíos ortodoxos, como los tradicionalistas y seculares, respetarán casi con total disciplina un pacto no escrito de silencio, para dejar espacio a la expiación y al arrepentimiento en el día más sagrado del judaísmo.

Todas las vías se convertirán en “peatonales”, cerrarán comercios y lugares de ocio y los únicos vehículos que circularán serán las ambulancias y los del dispositivo de seguridad, en estado de máxima alerta por temor a un atentado.

Las fuerzas de seguridad aseguran tener once alertas concretas para esta jornada sagrada, por lo que han cerrado los territorios ocupados palestinos y desplegado un mayor número de fuerzas en las zonas fronterizas. Con las fronteras cerradas y los medios de comunicación totalmente callados, el tráfico aéreo en Israel cesó a primera hora de la tarde y se reanudará tras la cena de hoy jueves, con la cual los creyentes rompen la jornada de penitencia y estricto ayuno de 26 horas.

El rabino Salomón Wahnón, fundador de la Casa de Melilla de Jerusalén, explicó a Efe que la jornada aparece recogida en el Pentateuco como un día crucial del calendario judío, bajo la máxima de “y afligiréis vuestras almas”. “Todo el pueblo se une a ese día de pensamiento, de reconocimiento. Es una jornada para hacer examen de conciencia sobre la vida”, refirió el religioso.

En el Levítico se describe la jornada como el “Sábado de sábados”, y era el único día del año en el que el Sumo Sacerdote entraba en el Sancta Sanctorum del bíblico Templo de Jerusalén, la parte más sagrada del santuario, y pronunciaba el nombre de Dios -Yavé- ante miles de fieles arrodillados.

Una de las tradiciones que se siguen antes del “Día del Perdón” es el ritual de las “Kaparot” (expiaciones), en las que se sacrifican aves como redención del individuo, a la manera en que antiguamente se hacía con un chivo.

La expresión del “chivo expiatorio”, proviene de ese animal, que elegido al azar, era abandonado, acompañado de insultos y pedradas, para expiar y cargar con todas las culpas del pueblo judío, mientras que un segundo ejemplar era sacrificado a Dios.

Una de las plegarias más solemnes de la jornada es la de “Kol Nidré” (Todos los votos), que se realiza tres veces, y en la que los judíos piden a Dios anular todas las promesas incumplidas en el último año.

Según algunos historiadores, los autores de esa plegaria fueron judíos de Sefarad (España) en los tiempos del rey visigodo Recaredo (586-601), quien les exigió la conversión al catolicismo, lo que muchos hicieron en contra de su voluntad.

Al llegar la jornada del Yom Kipur, estos judíos se reunían clandestinamente para orar y el mayor de la comunidad se ponía de pie para declarar que “todos los juramentos y promesas hechos (al rey, en alusión a la conversión) eran nulos y vanos pues los hicieron obligados”.

También se estila que los feligreses acudan a las sinagogas calzando zapatos de lona, cubriéndose con mantos sagrados o “taledos”, y que los padres bendigan a sus hijos deseándoles que sean inscritos en el “Libro de la Vida”, que el creador del universo “sella” en esta jornada, según la tradición. Las plegarias concluyen hoy cuando aparezcan las tres primeras estrellas, y se haga sonar el “shofar”, un instrumento bíblico de viento hecho con el cuerno de un carnero, con el que se pide a Dios que se perdonen todos los pecados.

La población secular judía en Israel suele aprovechar la jornada para dar largos paseos o recorrer las calles en bicicleta, una tradición que surgió con la creación en 1948 del Estado judío. Y es que como recuerda el rabino, el Yom Kipur “No es un día solamente simbólico, sino parte de la vida judía en todos sus ámbitos, donde se une la Jerusalén religiosa, la Haifa trabajadora y la Tel Aviv que disfruta”.

Vía Efe.

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