miércoles, 28 de noviembre de 2007

La derrota del chavismo está cantada


La bestia chavista será derrotada el 02DIC2007.
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Saldrán trasquilados


Desde que Carlos Marx y Federico Engels proclamaran su grito de guerra a favor del comunismo han pasado ciento sesenta años. Desde entonces el régimen que invocaran se impuso en Rusia, en los países sometidos a la órbita soviética tras la invasión de sus tropas al término de la Segunda Guerra Mundial, en China, en Vietnam y Corea y finalmente en Cuba. Entre 1917 y 1959 el comunismo logró apoderarse de la mitad del planeta.

Tres hechos sobresalen en esa cruzada de poco más de cuarenta años triunfantes y una vida promedio de medio siglo: en ninguna parte se impuso por la mayoritaria voluntad de los ciudadanos y la libre decisión de sus factores sociales. Las dictaduras totalitarias del marxismo en todas sus vertientes – leninismo, maoísmo o castrismo – se impusieron por la fuerza de las armas y la violencia ejercida por pequeñas vanguardias sobre vastas poblaciones inermes. Ninguna por vía pacífica, constitucional, electoral. Todas mediante la insurgencia, el asalto de las armas y el engaño, la simulación y el fraude. Ese es el primer rasgo que es preciso destacar de los regímenes del socialismo totalitario: fueron hijos de la violencia y del terror. Jamás de la libre voluntad de los ciudadanos.

El segundo rasgo que es preciso resaltar al respecto, es que todos esos regímenes totalitarios impuestos a redropelo de la voluntad mayoritaria sólo pudieron mantenerse mediante la práctica institucionalizada del terror, la persecución y la violación de los derechos humanos, con un saldo en vidas de más de cien millones de cadáveres. Fueron regímenes policiales, terroristas, carcelarios. Inclementes a la hora de aplastar a sus súbditos e imponerles un pensamiento único tras una única religión: la del caudillo dominante y el estado puesto a su servicio. Llamáranse Stalin, Mao, Kim Il Sun o Fidel Castro.

Y el tercer y más destacable de sus caracteres, es que todos ellos fracasaron cruelmente en cumplir con la utópica promesa que los viera nacer: lograr la igualdad, la libertad plena y la prosperidad de sus ciudadanos. No hicieron otra cosa que universalizar la miseria, humillar a las mayorías y someterlas a la despótica voluntad de unos pocos cientos de funcionarios – la nomenklatura – que se apropiaron del estado, sus bienes y la voluntad productiva de los sometidos convertidos en esclavos del sistema. Cual más cual menos, todos hicieron implosión y terminaron en el más espantoso de los fracasos. De todos ellos sobreviven aún Cuba y Corea del Norte. Sumidos en el hambre, la humillación y la miseria.

¿Cómo podrían los venezolanos, libertarios de siempre e igualitarios por vocación histórica, querer someterse de buen grado a quien quisiera convertirlos en esclavos de un déspota? ¿Cómo podrían querer renunciar a los derechos que ejercen, a las propiedades que han adquirido con el fruto de su trabajo y a los anheles de futuro cierto y seguro para ellos, sus hijos y nietos?

Por eso irá masiva y unitariamente a las urnas este próximo 2 de diciembre para rechazar con vigor, lucidez y coraje la absurda e insólita pretensión del régimen por hundirlo en la ignominia. El NO ya es mayoría a lo largo y ancho del país. Este próximo domingo será abrumadoramente mayoritario. El fraude tendrá las patas cortas: la derrota del chavismo está cantada. Que no se les ocurra burlar esa voluntad. Porque nada sacan con ello: la falsa victoria sería una victoria pírrica que los arrastrará al abismo. Saldrán trasquilados.

Antonio Sanchez García

http://blogs.noticias24.com/escritos/?p=55

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