La victoria del presidente Rafael Correa en las elecciones en Ecuador, a la espera de los resultados finales, ha fortalecido su proyecto de Revolución Ciudadana, pero hay quien se pregunta hacia dónde se dirige y cómo.
Correa aseguraba este lunes que ese proyecto, con el que ganó por primera vez la presidencia en 2006, se ha ido afianzando en los dos años y tres meses que lleva en el poder, y ahora, legitimado por el pueblo, "nada ni nadie'' puede detener esa revolución ratificada en las urnas.
El mandatario dio este lunes unas pistas de por dónde quiere llevar su revolución en los próximos cuatro años para avanzar con "mayor fortaleza'' en los cambios que, advirtió, no se harán en el marco del "sistema capitalista'' sino "dentro de un sistema del Socialismo del Siglo XXI''.
De ahí que pueda interpretarse que esta victoria refuerza ese proyecto, antiimperialista, contrario al liberalismo económico y crítico con las instituciones financieras internacionales, del que habló el presidente venezolano, Hugo Chávez, y al que se han adherido, a través de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), otros países.
Dentro de la ALBA, dijo Correa, se pretende avanzar en la creación un sistema de cooperación y de una arquitectura financiera, con la institución de un Banco del Sur, un Fondo de Reserva del Sur y un sistema de cooperación regional para las transacciones comerciales.
En ese sentido abogó por cambiar de sistema para no depender de las instituciones tradicionales financieras como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Mundial (BM), que han servido, a su juicio, para "someter'' a los países latinoamericanos.
A juicio del analista político Hugo Barber el problema es cómo lo va a lograr, porque "una cosa son las declaraciones, y otra los hechos''.
''Correa no va a tener más remedio que continuar con el pragmatismo y va a tener que acudir a Estados Unidos y al FMI por la necesidad urgente de dinero que tiene esta economía con síntomas de falta de liquidez'', dijo Barber.
Para Gustavo Medina, analista y jurista, la victoria de Correa debe suponer la "consolidación de su proyecto y acometer la solución de los problemas del país'', pero tendrá que tener en cuenta que "por medio está la crisis'' económica internacional.
En cuanto al grupo de países que conforman la ALBA, Barber aseguró que lo normal es que ‘‘utilicen el éxito de Correa en las elecciones para sus tesis'', pero, en su opinión, esa ideología del Socialismo del Siglo XXI "no está consolidada''.
Sin embargo, Medina afirmó que ese grupo de países, formado además por Bolivia, Cuba y Nicaragua, principalmente, "recibe un espaldarazo con el triunfo de Correa'' y pretenderá luego ampliarlo al resto de países latinoamericanos.
El presidente ecuatoriano también mencionó la que consideró necesaria integración real de Latinoamérica, pero no una integración meramente comercial, y habló de una mayoría de gobiernos de izquierda.
De acuerdo con Barber "puede ser que sea así'', aunque añadió que esa mayoría conforma "una izquierda muy heterogénea, son países muy disímiles y yo no observo la confirmación de un proyecto como el del Socialismo del Siglo XXI del que hablan''.
En cuanto al resultado de las elecciones, con la caída en picado del cuatro veces candidato y multimillonario Alvaro Noboa, sólo el ex militar y ex presidente Lucio Gutiérrez, que aún no ha admitido la derrota, ha conseguido un porcentaje de votos que podría estar entre el 28 y el 31 por ciento, según los sondeos y lo hasta ahora escrutado.
Pero esto, según los analistas, no garantiza que se haya convertido en el líder de la oposición a Correa, porque aunque sus resultados "puedan considerarse bastantes buenos, no auguran que pueda liderar una corriente opositora, que está pulverizada'', según Medina.
Del mismo modo opinó Barber, para quien Gutiérrez "debería estar satisfecho'', aunque para liderar la oposición, "que carece de otros líderes a nivel nacional'', le aconsejó "proceder con mayor habilidad''.
El Nuevo Herald
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