viernes, 17 de abril de 2009

Obama ofrece "un nuevo comienzo'' con Cuba


El presidente Barack Obama aseguró a sus colegas de la región que está listo para iniciar una nueva era de acercamiento con Cuba.

"Estados Unidos busca un nuevo comienzo con Cuba'', dijo el Presidente en sus comentarios iniciales en la Quinta Cumbre de las Américas. "Quiero aclarar que no estoy interesado en hablar por hablar. Pero sí creo que podemos mover las relaciones entre Estados Unidos y Cuba en una nueva dirección''.

Sus comentarios se producen después de una andanada de críticas, antes y después de la conferencia de 34 naciones, por el embargo comercial de Washington a la isla, que ya dura décadas, y su suspensión como miembro de la Organización de los Estados Americanos (OEA).

Las reuniones previas a la cumbre enfocaron intensamente el consenso en la cuestión de Cuba y otros cuatro líderes que también hablaron en la reunión más importante de la región pidieron una tregua diplomática entre Washington y La Habana.

El representante de la Comunidad del Caribe dijo que la organización de 14 miembros ‘‘está presta a ayudar . . . a revertir 50 años de distanciamiento'', dijo el primer ministro de Belice, Dean Barrow.

Obama reconoció que tardará tiempo reparar el historial de desconfianza, pero agregó: ‘‘Hay medidas clave que podemos tomar para llegar a una nueva era''.

"Ya he cambiado una política hacia Cuba que no ha logrado impulsar la libertad y las oportunidades para el pueblo cubano'', dijo "En últimos dos años he indicado, y hoy lo repito, que estoy preparado para que mi gobierno establezca contacto con el gobierno cubano en toda una gama de asuntos, derechos humanos, libre expresión y reformas democráticas, drogas, migración y cuestiones económicas''.

Durante su discurso de 16 minutos, Obama también delineó tres prioridades para la región: ayuda económica, alianzas en materia de energía y el clima, y cooperación sobre seguridad. Reiteró su petición de $448 millones para ayudar a las víctimas de la recesión en otros países, anunció un nuevo Fondo Microfinanciero de Fomento para la región y prometió invertir $30 millones para fortalecer la cooperación en materia de seguridad.

"No vine aquí a debatir el pasado, sino a hacer frente al futuro'', dijo. "Como vecinos, tenemos una responsabilidad compartida. Colaborando juntos podemos tomar medidas importantes para impulsar la prosperidad, la seguridad y la libertad''.

Pero Cuba siguió en primer plano en la Cumbre, un día después que el gobernante cubano Raúl Castro pronunciara un fogoso y poco característico discurso más bien típico de su hermano Fidel, donde dijo que está dispuesto a dialogar con Washington y a intercambiar espías por presos políticos.

Argentina y Nicaragua criticaron desde el podio la política de Washington hacia Cuba y el primer ministro de Belice pidió "un nuevo enfoque en una nueva era''.

"Cuba, cuyo delito fue luchar por la soberanía y la independencia, cuyo delito fue ofrecer solidaridad incondicional a nuestros pueblos, por eso se le sanciona'', dijo el presidente nicaragüense Daniel Ortega. "Por eso se le castiga. Por eso se le excluye''.

La presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner dedicó una buena porción de su discurso de inauguración a los 47 años de suspensión de Cuba en la OEA, la alianza regional que patrocina la cumbre.

En un discurso el jueves por la noche, Raúl Castro dijo que no estaba interesado en reintegrarse al grupo pero que está dispuesto a dialogar con Washington sobre temas considerados tabú desde hace mucho.

"Sobre democracia, libertad, derechos humanos, le hemos enviado un mensaje al gobierno de Estados Unidos, en privado y en público, que estamos dispuestos, cuando quieran, a discutirlo todo: derechos humanos, libertad de prensa, presos políticos, todo, todo, todo lo que quieran discutir'', dijo Castro, agitando desafiante el dedo.

El mensaje de Castro no es nuevo: Cuba ha dicho durante mucho tiempo que está dispuesta a negociar siempre que sea sin condiciones previas y se respete su soberanía. Sin embargo, Castro sabe que esta vez es diferente porque ahora hay alguien que realmente presta atención.

Los expertos dicen que el último pretexto de Castro para cambiar prisioneros políticos encarcelados en Cuba por cinco agentes de la inteligencia cubana que cumplen condenas en cárceles de Estados Unidos pone a Obama en una posición difícil. Por una parte, Obama podría tener la oportunidad de liberar unas 200 personas que cumplen condenas por diversos delitos, que van desde periodismo independiente hasta colocar bombas en un intento por desestabilizar el país.

Sin embargo, muchos observadores de Cuba dicen que Obama obraría mal si decide poner en el mismo nivel a los prisioneros políticos cubanos con espías convictos.

"El presidente Obama tiene que ser muy cuidadoso porque puede terminar negociando consigo mismo o engañándose'', dijo el ex secretario de Comercio Carlos Gutiérrez, uno de los arquitectos de la política del presidente Bush hacia Cuba.

"El Presidente ha seguido por un camino que también han recorrido otros presidentes. El Presidente actuaría sabiamente si estudia la historia''.

Gutiérrez se refería sutilmente al presidente Jimmy Carter, quien hace 30 años negoció con Cuba la liberación de prisioneros políticos, sólo para que después Castro liberara a presos comunes y enfermos mentales en la flotilla del Mariel.

Sin embargo, el principal negociador de Carter dijo que aunque un intercambio de prisioneros no es algo realista "en estos momentos'' Obama no puede desperdiciar la oportunidad de que se liberen personas injustamente encarceladas.

"Había más prisioneros políticos en las cárceles cubanas a fines del gobierno de Bush que el comienzo de su mandato. Eso no se puede decir del gobierno de Carter'', dijo Robert Pastor, ex funcionario de la Casa Blanca de Carter y hoy profesor de Asuntos Internacionales en laAmerican University. "Espero que Obama trate de aprender algo sobre la historia antes de dar un paso en falso''.

Pastor era encargado de América Latina en el Consejo Nacional de Seguridad durante el gobierno de Carter y negoció directamente con Fidel Castro. Durante su administración, unos 3,900 prisioneros fueron liberados de las cárceles cubanas, dijo Pastor.

"Este es un momento muy parecido al que vivimos en 1978'', dijo Pastor.

En Cuba las noticias de que Castro estaba ofreciendo acuerdos no fue bien recibida por las Damas de Blanco, un grupo disidente de esposas y madres de los prisioneros políticos.

"Nuestros esposos están listos para cumplir el tiempo que sea pero no ser cambiados por espías porque no son espías'' dijo Laura Pollán, una de las líderes de las Damas de Blanco, cuyo esposo Héctor Maseda, fue sentenciado a 20 años de cárcel por ser periodista opositor.

"El señor Castro es un desgraciado'', agregó. "El es el presidente del pueblo, no es el dueño de las vidas de las personas. No somos objetos que se puedan cambiar''.


El Nuevo Herald

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