sábado, 9 de febrero de 2008

La Misión Hambre


¿Recordará Chávez sus amenazas de no mandar una gota de petróleo a los Estados Unidos? En 1959, Fidel Castro justificó nacionalizar la economía como respuesta a la agresión imperialista, contó con el apoyo de los cubanos que aguardaron en el malecón de La Habana el ataque del ejército más poderoso del mundo.

Tres años más tarde, aceptó colocar armas atómicas rusas en la isla. Nadie votó por Chávez para ir a la guerra con Colombia o para que embarguen a Petróleos de Venezuela: frente al congelamiento de los activos de Pdvsa hasta este momento el Gobierno venezolano reaccionó con prudencia.

Estatizar los Mc Donald no compensa la amenaza que se cierne sobre Pdvsa: le queda a Chávez presentarse como víctima. Bajar la cabeza, negociar, o provocar una crisis. ¿Qué es peor? ¿El ridículo o que no haya fondos en la chequera? Las malas noticias vienen juntas: se calcula que la gasolina bajará 50 centavos en los Estados Unidos para la primavera. La recesión afectará el precio del petróleo.

Como primera consecuencia de la demanda de la Exxon aumentará el costo de financiar Pdvsa. Este fue hasta ahora un proceso revolucionario chévere, nada que ver con los sufrimientos inhumanos de la revolución rusa, la cubana o la china. Ha sido el mejor socialismo que el dinero podía comprar. La utopía vuelta un consumo desbordado. Llega el momento de imitar las verdaderas revoluciones, exigirle al pueblo sacrificios. ¿Quieren los propios chavistas un periodo especial como el de Cuba a la caída de la URSS? ¿Transportarse en bicicletas? ¿Vivir como los cubanos cuando mejoró mucho la salud, la gente comía poco, o nada, y caminaba largas distancias? Es la hora de la Misión Hambre. Esta revolución en vez de exigir heroísmo triplicó la compra de automóviles, los viajes turísticos. ¿Habrá elecciones en noviembre? ¿Volverá la antipolítica a sacar la nariz? Ojalá que no. Muchos no esconden las ganas de echar a los políticos al cesto de basura.

La gente no aprende. La salud de una democracia la miden la fortaleza de sus partidos y la antipolítica acaba con la democracia, y le abrió las puertas a Chávez. Este cronista ha sido partidario de votar contra viento y marea. Sigue con la misma tesis, pero no se ciega ante el panorama, la anarquía que nos amenaza. Ocurra lo que ocurra hay que apostar a las elecciones porque son la vía para crear de nuevo instituciones políticas sólidas en Venezuela.

Chávez no tiene ni candidatos ni partido real, y ahora le reventará una crisis económica. Cuando el portaavión naufraga, ya con el dedo no se escogen gobernadores y alcaldes. Después de las elecciones regionales la oposición tendría líderes de dónde escoger. El abstencionismo la había dejado desarmada, pero cada gobernador que gane un estado alcanzará una estatura política. Lo ocurrido en el Cedíaz demuestra los límites del poder del chavismo. Estas invasiones sincronizadas buscaban infundir miedo, provocar enfrentamientos, caldear la atmósfera. Cuando los estudiantes del ISUM rspondieron a la invasión cerrando la avenida Casanova obligaron a la Policía Metropolitana a desalojar el edificio.

Chávez juega con un 27 de febrero. No controla la calle, provoca crisis tras crisis. Intenta cercar a Globovisión. Hay que cerrar filas en defensa de la planta. Un animal arrinconado lanza un zarpazo. Todo se derrumbó, sólo que los escombros también caerán sobre nuestras cabezas.

Fausto Masó
www.elnacional.com
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