lunes, 18 de febrero de 2008

La sorpresiva ‘invasión’ Exxon



"If you are in a hole, stop digging"


Una palpable demostración de la vulnerabilidad del Estado venezolano como consecuencia de una interminable sucesión de disparates.

Mientras el presidente Chávez esperaba a marines y comandos colombianos, fue sorprendido por abogados en un ataque corporativo. De acuerdo a normas legales internas el gobierno de EE UU no pudo promover esta acción pero indudablemente que fue informado y no se opuso. ¿Por qué habrían de oponerse tratándose de un gobierno que se ha declarado enemigo y propicia (cómicamente) su destrucción?

Un popular refrán gringo aconseja que cuando alguien se encuentra en un hueco debe dejar de excavar (If you are in a hole, stop digging). En estas condiciones se encuentra el presidente Chávez después del referendo, pero no cesa de excavar. ¿Cómo conciliar, por ejemplo, que al tiempo que advierte acerca de una inminente invasión amenaza con suspender la mitad de la producción diaria de petróleo?

Sin embargo, estos casos de aparente irracionalidad no son tan extraños. Hombres de ciencia han descubierto que algunas personas, en virtud de un singular cableado neurológico, son adictas al riesgo. “Mientras mayor sea lo que se quiere obtener, mayor es el riesgo que corren y más activos se ponen estos circuitos en el cerebro”, explica Brian Knutson, un profesor de psicología y neurociencia de la Universidad de Stanford.

Un experto en riesgo gerencial, Alpesh Patel, sostiene que estas personas saben que se están haciendo daño y que no tienen posibilidad de éxito pero la excitación que los impulsa es parecida a la que produce una droga.

El psicólogo Da n i e l Kahneman, Nobel en economía, llama este síndrome, “aversión a perder” y como si supiera las circunstancias en que se encuentra el presidente Chávez, sostiene que hay personas que cuando se encuentran en un hueco “lo más frecuente es que hagan cosas irracionales”.

Andrew Lo, del MIT, quien respalda la teoría, dice que “cuando tu estás amenazado con la extinción, actúas como si nada pasara”.

El caso Chávez

Todo el mundo ha podido observar con estupor, como el presidente Chávez, desde que el referendo lo colocó en un hueco, continúa excavando frenéticamente. La agresiva reacción de Exxon no sólo era previsible sino que la industria petrolera del mundo la anticipaba menos Pdvsa.

Como los japoneses en 1941 cuando atacaron por sorpresa a Pearl Harbor, Exxon tenía un grupo de abogados negociando una fórmula conciliadora con Pdvsa mientras una flotilla de abogados se desplazaba silenciosamente para sorprender con este “ataque legal” facilitado por la creciente vulnerabilidad del gobierno bolivariano en general y de Pdvsa en particular. ¿La respuesta del gobierno? Suspender los suministros a Exxon. Es decir, seguir excavando.

Chávez ha puesto en evidencia una paradoja conocida desde la antigüedad en la doctrina militar. Un país puede estar dotado de la más moderna y sofisticada panoplia militar y estar al mismo tiempo a merced de un ataque en virtud de divisiones internas y la moral baja de la población y de sus fuerzas armadas.

Tres casos emblemáticos confirman este aserto. Decenas de miles de guerreros visigodos divididos en la Iberia del año 711 fueron derrotados por un puñado de musulmanes. Centenares de miles de aztecas fueron dominados por un grupo minúsculo de soldados españoles comandados por Hernán Cortés. La derrota que le propinó Vietnam a EE UU.

Impostura patriótica

La acción de Exxon es pues una palpable demostración de la vulnerabilidad del Estado venezolano como consecuencia de una interminable sucesión de disparates en la política exterior y petrolera que se combinan con una mezcla de arrogancia e ignorancia.

Cuando el gobierno acusa de “traición a la patria” a sectores venezolanos que encuentran explicable la acción judicial de Exxon, está reconociendo su incapacidad para convencer al país con esta fanfarria patriotera, precisamente en momentos en que la población sufre una espantosa crisis económica.

Con impudicia y cinismo, líderes bolivarianos que suelen llamar traidores y apátridas a los venezolanos porque ejercen sus derechos políticos para disentir son ahora exhortados a la “unidad patriótica” ante una acción corporativa que es el resultado de una colosal incompetencia.

La más significativa demostración de esta impostura del gobierno la puso en evidencia el general en jefe retirado, Raúl Baduel, ex ministro de Defensa y ex comandante del Ejército, con dos pronunciamientos que encapsulan dramáticamente la intrínseca debilidad del gobierno bolivariano para enfrentar cualquier agresión, económica como la de Exxon o militar como la de EE UU y Colombia, con las que, casi voluptuosamente, el presidente Chávez se recrea.

Cuando el general Raúl Baduel, con una potestad que no ha sido cuestionada, se dirigió al gobierno de Colombia, potencial invasor, para que “ignorara” las amenazas del presidente Chávez, al tiempo que aseguraba al país que una orden de agresión a Colombia no sería acatada por la FAN, se colocó en la práctica en una abierta posición moral de desafío y cuestionamiento a la autoridad del jefe del Estado y comandante en jefe de la FAN. Y no hubo réplica.

Estas manifestaciones, sin precedentes, y la incapacidad del gobierno para inspirar a la población de un elemental sentimiento de patriotismo, son señales claras de una crisis de gobernabilidad y de legitimidad.

Por Orlando Ochoa Terán

http://www.diariodeamerica.com/front_nota_detalle.php?id_noticia=3338

1 comentario:

Anónimo dijo...

Saludos, cuando quieras pasas por mi espacio a retirar un presente, si es de tu gusto.