martes, 26 de mayo de 2009
La afganización de Venezuela
La indulgencia del presidente Obama con el obsequioso presidente
El presidente Obama sostuvo que EE UU no puede temer a un país como Venezuela cuya economía es 600 veces más pequeña que la de EE UU. A propósito de esta afirmación un analista se pregunta ¿cuán grande es la economía de Al Qaeda comparada con la de la primera potencia del mundo?
El Center for Security Policy (CSP) de Washington es un think-tank sin definición partidista, fundado en 1998 y tiene como objetivo identificar políticas, actividades y recursos que son vitales para la seguridad de EE UU a fin de asegurarse que estos temas, examinados por expertos, se conviertan en el foco de atención de los niveles de decisión y de una efectiva acción por parte de los altos funcionarios, de líderes políticos y del público en general. Bajo la filosofía de “Paz a través de la Fortaleza” el CSP sostiene que el poderío de EE UU debe ser preservado y usado apropiadamente en su “rol de mantener la paz y la estabilidad global”.
En un reciente análisis, Frank Gaffney, presidente del CSP, observaba que la pasión por el “cambio” y la “esperanza”, dos vocablos que adquirieron resonancia en la campaña electoral del presidente Obama, han sido tomados con tanta pasión por la secretaria de Seguridad Interna, Janet Napolitano, que ha propuesto que se sustituya el término “terrorismo” por uno presuntamente más correcto como “desastres causados por el hombre”. Según la secretaria de Seguridad Interna esto reflejaría su deseo de separar la “política del miedo” para aproximarse a una política de “estar preparados para todos los riesgos que puedan ocurrir”.
Obama/Chávez
La indulgencia del presidente Obama con el obsequioso presidente Chávez en la Cumbre de las Américas en Trinidad y Tobago también fue motivo de críticas en EE UU. Entre ellas destaca la del doctor Luis Fleischman, asesor principal del Center for Security Policy y de su unidad el Menges Hemispheric Security Project.
El doctor Fleischman, profesor de Ciencias Políticas de la Florida Atlantic University, es un especialista en América Latina que sorprende a sus interlocutores por su amplio y detallado conocimiento de la política venezolana. Sus dos últimos análisis llamaron la atención en los círculos políticos de EE UU familiarizados con los asuntos de América Latina. En el primero, cuyo título es más que sugestivo, La Desobediencia Civil como Opción para Venezuela, Fleischman sostiene que “si la desobediencia civil apela a un sentido común social, a una realidad que la gran mayoría intuye, no hay razón para que tal acto sea violento en la búsqueda de sus propósitos”. A fin de ilustrarlo, acudió al modelo ucraniano de protesta que obligó a un cambio de régimen en el marco conocido como “las revoluciones de los colores”.
“En aquel entonces” –agrega Fleischman- “los ucranianos fueron concientes de que una elección libre era imposible. El gobierno de Kuchma abusó de los recursos estatales, usó la televisión y los medios de comunicación públicos en la campaña contra el candidato de la oposición además de otras medidas dirigidas a perpetuarse en el poder”.
Al Qaeda
En su último análisis Fleischman abordó las críticas que provocaron en EE UU el encuentro en Trinidad y Tobago de los presidentes Chávez y Obama. Interrogado a su regreso sobre estas presuntas debilidades, el presidente Obama contestó que no tenía por qué temer a un país como Venezuela cuya economía es seiscientas veces más pequeña que la de EE UU.
Esta “curiosa respuesta” señaló Fleischman, se podría contestar con otras preguntas: ¿Cuán grande es la economía de Al Qaeda en comparación con la de EE UU? ¿No es probable que los activos de Al Qaeda sean sustancialmente más reducidos que la riqueza petrolera de Venezuela?
La administración del presidente Obama, dice el analista, conoce las respuestas. De otro modo no estarían desarrollando una política tan agresiva contra Afganistán y Pakistán, países ubicados a miles de millas de EE UU y sin embargo el gobierno de EE UU reconoce que una situación de anarquía pudiera conducir a una inestabilidad regional que afectaría sus intereses.
Los índices de criminalidad en Venezuela y el crecimiento exponencial del tráfico de drogas han alcanzado límites que desafían a los países más violentos del mundo. Si a esto se agrega, como indica Fleischman, la criminalización de las actividades políticas de la oposición, el control del gobierno sobre los poderes públicos, el desbordamiento de la corrupción, las relaciones con países forajidos y grupos subversivos en varios continentes, se podría hablar en Venezuela de un escenario semejante al caos que reina en Afganistán con el mismo potencial de desestabilización regional.
Por Orlando Ochoa Terán
Diario de Aamérica
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