viernes, 28 de diciembre de 2007

Uribe vs. Chávez



Evidentemente Uribe tiene vocación de poder, pero no de dictador


Uribe esta indiscutiblemente preocupado por la situación de su país, a Chávez solo le interesa conservar el poder

El mandatario colombiano tiene un proyecto para su país que pasa por la restauración de la paz y la estabilidad. Su compromiso electoral fue claro, acabar con la guerrilla, el narcotráfico y los paramilitares. También prometió mano firme y cero concesiones a los terroristas, independientemente del compromiso ideológico que dijeran promover.

Según especialistas en asuntos colombianos Álvaro Uribe, ha logrado progresos porque el país disfruta de una estabilidad que no había conocido en las últimas décadas y evidentemente el ciudadano lo interpreta así, porque en los comicios que le otorgaron un segundo mandato, 2006, obtuvo más apoyo popular que en las elecciones del 2002.

Las condiciones de vida del residente han mejorado por la disminución de los ataques, secuestros y atentados, gracias a la implementación de la denominada política de “seguridad democrática”.

Las bajas y arrestos entre las fuerzas guerrilleras han aumentado al igual que las deserciones entre las fuerzas terroristas; por primera vez los servicios armados de la Republica han tomado la iniciativa en el conflicto.

La economía marcha satisfactoriamente. Este año creció cerca del 7 por ciento. Las importaciones se han incrementado y la compra de vehículos nuevos se compara con la de Brasil, un país con más recursos y población. Los bancos, transportadores y la recaudación de impuestos han batido marcas en ganancias y recaudos.

Evidentemente Uribe tiene vocación de poder, pero no de dictador. Reformó la constitución colombiana para un segundo periodo y no ha vacilado en usar todo el peso de su autoridad cuando lo ha estimado pertinente, no obstante la situación de los derechos humanos ha mejorado en el país de manera dramática.

El jefe de Estado colombiano tiene muchos y poderosos enemigos que le acusan de numerosas irregularidades, entre ellas la de haber estado asociado con los grupos paramilitares y el narcotráfico, las incriminaciones no cesan y se repiten con frecuencia.

Por otra parte Uribe no se caracteriza por tener vocación hegemónica. No pretende imponer el modelo que promueve mas allá de las fronteras de Colombia y procura tener con sus vecinos las mejores relaciones. Es un hombre de carácter, de ideas firmes y con propósitos definidos. Contrario a Hugo Chávez no ofende ni usa palabras soeces o chabacanas en sus discursos. Se comporta como jefe de Estado no como un bufón, que busca impresionar a su corte.

Cuando el presidente colombiano llegó al poder traía una gran experiencia como gobernante. Había sido alcalde de Medellín, gobernador de Antioquia y senador de la Republica. Su militancia en el Partido Liberal no le impidió tener puntos de vistas propios y defenderlos cada vez que lo requerían las circunstancias.

Siempre rechazó la política de acercamiento con las fuerzas guerrilleras que auspició el presidente Andrés Pastrana, planteando que era un asunto de principios, porque con terroristas no se dialoga.

El presidente Hugo Chávez, contrario a Uribe, no es un demócrata, por eso fue capaz de patrocinar un golpe de estado contra el gobierno legítimo de su país. Sus aspiraciones hegemónicas no dejan lugar a dudas. Interviene abiertamente en Cuba y Bolivia y de forma encubierta en el resto de los países del hemisferio.

El mandatario venezolano ha logrado establecer cabezas de playa para su proyecto en Ecuador y Nicaragua. Tiene también excelentes posibilidades de penetración y por consiguiente de desestabilización en países como Colombia, el rival de mayor perfil a sus planes de expansión en Sudamérica.

Mientras que Uribe ha tenido como divisa de gobierno, “el trabajo”, el presidente venezolano ha dedicado la mayor parte de su mandato a buscar fórmulas que le perpetúen en el poder y que le confieran una mayor autoridad. Para Chávez la concentración de poderes para establecer una dictadura institucional es más importante que la paz social y el progreso económico de los venezolanos.

Durante su gobierno Chávez ha despilfarrado las riquezas de su país y usado los bienes de la nación como si fueran propios en la compra de lealtades, dentro y fuera de las fronteras nacionales.

Los ingresos por concepto del petróleo en los ocho años del gobierno bolivariano, según Gustavo Coronel, ex miembro de la Junta Directiva de Petróleos de Venezuela, ascienden a una cantidad situada entre los 175,000 a 225,000 millones de dólares, agrega el autor, “junto al aumento de los ingreso ha disminuido la transparencia de la gestión económica” lo que lógicamente ha incrementado la corrupción a niveles sin precedentes en el país.

La seguridad del ciudadano venezolano se ha contraído drásticamente en los últimos años. Según informaciones bajo el mandato de Chávez han perdido la vida por acciones de la delincuencia común mas de 90,000 personas y un informe de la organización civilista Provea refiere que mas de 3.747 funcionarios de las policías nacionales tienen iniciado expedientes o averiguaciones por actos delictivos.

Por otra parte el líder de la Causa R, Andrés Velásquez afirma, “La violencia en Venezuela no proviene sólo del hampa; a la delincuencia común se le suma la violencia política y la originada por el discurso presidencial, además del sicariato, los secuestros y la violencia carcelaria”.

El diario El Nuevo Herald, informó que más 382 personas fueron secuestradas en el 2007, un 48.6 por ciento más que en el 2006. El jefe de la policía política DISIP y presidente de la Comisión Nacional Antisecuestro, Henry Rangel Silva, explicó que las proyecciones del delito de secuestro y extorsión mostraban un ''incremento desproporcionado”.

Las diferencias entre los dos mandatarios son de fondo. Uribe esta indiscutiblemente preocupado por la situación de su país, sin obviar los errores que pueda cometer durante su mandato. Al presidente Chávez solo le interesa conservar el poder, incrementarlo y difundir su populismo totalitarios tan contrario a los conceptos democráticos.

Por Pedro Corzo


http://www.diariodeamerica.com/front_nota_detalle.php?id_noticia=2983

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