Hace dos semanas, cuando seis recién nacidos fallecieron el mismo día en un hospital público de Caracas por fallas en el servicio, médicos y enfermeras protestaron enérgicamente por las malas condiciones del lugar.
La noticia de las muertes y las protestas, transmitida en vivo por el canal opositor Globovisión, fue obviada por la media docena de canales de televisión controlados por el gobierno.
Una situación similar se vivió esta semana cuando Giovanni Vásquez, el testigo estrella que inculpó a media docena de personas por el asesinato del fiscal Danilo Anderson, reveló públicamente que todo había sido un montaje preparado por el ex fiscal general Isaías Rodríguez, para ocultar a los verdaderos autores. La noticia no tuvo cobertura en los medios oficiales, especialmente en el canal estatal VTV.
Según expertos, estos dos casos ilustran una de las múltiples estrategias que está empleando el gobierno del presidente Hugo Chávez para controlar el flujo informativo negativo, principalmente a través de la televisión, en un año electoral de dramática importancia para el futuro de la administración.
El gobierno ha utilizado mecanismos como facilitar abundantes frecuencias de televisión a grupos oficialistas, adquirir canales privados a través de empresarios prochavistas, hostigar legalmente a televisoras independientes, favorecer y castigar con la asignación de pautas publicitarias y saturar los espacios de comunicación pública, para contrarrestar informaciones adversas al gobierno.
"Los medios controlados por el oficialismo no hacen cobertura de temas que afectan al gobierno, ndependientemente que sean necesidades muy sentidas por la gente, o que sean temas apremiantes'', dijo Carlos Correa, el director de Espacio Público, una organización no gubernamental que analiza los medios públicos en Venezuela.
Según Correa, el fenómeno es más dramático en la actualidad que durante otros gobiernos debido al enorme número de medios que controla el gobierno, principalmente televisivos.
Un caso notable es el del empresario petrolero Wilmer Ruperti, cercano al chavismo, que ha emprendido la mayor operación de compra de medios en tiempos recientes, entre ellos el Canal I, una estación de corte informativo creada, según los críticos, para competir con Globovisión, y la cadena radial Rumbos, una red de radioemisoras de estilo popular y de gran penetración nacional.
Un estudio reciente de la Universidad Central de Venezuela (UCV) reveló que el control directo e indirecto que ejerce el gobierno sobre el espacio radioeléctrico pasó de 75 por ciento en el 2006 a 85 por ciento en lo que va de año.
Chávez ostenta el récord mundial de más tiempo de aparición en pantalla y frente a micrófonos: más de 80,000 minutos entre 1999 y 2006.
Los canales de televisión privados que antes eran fuertes críticos, como Venevisión, terminaron moderando la cobertura informativa, eliminando los espacios de opinión que cuestionaban las políticas oficiales, y beneficiándose de la pauta publicitaria gubernamental.
"Hay muchos canales que han hecho, gracias a las pautas publicitarias del gobierno, un silencio conveniente en las cosas que suceden'', afirmó Eladio Lares, el presidente de RCTV, el canal privado de televisión al que el gobierno le negó el año pasado renovar la concesión y le confiscó la mayoría de sus equipos.
En la actualidad, el mercado televisivo es dominado por Venevisión, propiedad del grupo Cisneros, que controla un 38.3 por ciento de la teleaudiencia.
El segundo canal en términos de audiencia, Televen, optó por una política informativa "equilibrada'', una estrategia iniciada por Venevisión para no asumir una posición protagónica en un ambiente político conflictivo.
El único canal privado fuertemente crítico del gobierno, Globovisión, ha sido objeto de ataques de radicales chavistas, y amenazado con el cierre.
"No nos dejan crecer y, desde 1998, Globovisión no ha recibido un permiso ni para un radio portátil más'', dijo a El Nuevo Herald Guillermo Zuloaga, el presidente del canal.
Zuloaga explicó que los niveles de crítica en varios medios televisivos cambiaron drásticamente luego de los sucesos del 11 de abril del 2002, cuando Chávez fue sacado temporalmente del poder.
"El gobierno llamaba a los canales de televisión privados los Cuatro Jinetes del Apocalipsis'', recordó Zuloaga, refiriéndose a Venevisión, Televen, RCTV y Globovisión. "Hoy día nos quedamos como el Llanero Solitario'', ironizó.
Carlos Bardasano, el presidente de Venevisión, dijo que el gobierno impone hasta 30 cuñas diarias de televisión a canales privados, y negó que su canal esté "favorecido publicitariamente por el gobierno''.
Bardasano detalló que el Estado invierte apenas unos $60 millones anuales en publicidad televisiva, alrededor del 10 por ciento de la inversión privada en anuncios de televisión, que alcanza unos $600 millones.
Venevisión se vio obligado a practicar un riguroso equilibrio en la pauta informativa, porque "este país está tan radicalizado que si tú pones tres noticias seguidas de una misma tendencia política o te cambian de canal, o te etiquetan'', indicó el ejecutivo.
A pesar de las críticas, la administración de Chávez nunca ha ocultado su intención de aumentar al máximo el control sobre los medios.
El ministro de Comunicación, Andrés Izarra, declaró el año pasado: "Nuestro socialismo necesita una hegemonía comunicacional''.
El gobierno ha negado que pretenda coaccionar "la pluralidad sobre la libertad de disentir''. De acuerdo con Izarra, el 78 por ciento de las frecuencias VHF y 82 por ciento en UHF "están en manos privadas''. Sin embargo, la mayoría de estas frecuencias pertenecen a grupos comunitarios financiados por el gobierno.
Para Antonio Pasquali, un respetado investigador de la comunicación, Chávez "es el primero en la historia del país en haber asumido a plenitud el poder de las comunicaciones, sobre todo radioeléctricas'', para "garantizarse por saturación de mensajes un predominio ideológico que eternice el consenso mayoritario''.
A pesar de la política de control de medios, los canales televisivos oficialistas han obtenido apenas un 9.3 por ciento de la audiencia nacional, en contraste con el 90.7 por ciento alcanzado por medios privados, según la firma especializada AGB.
No obstante, advirtió el profesor Marcelino Bisbal, un especialista de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), de Caracas, "en la medida que el escenario de medios se vaya copando por el sector oficial, no va a haber alternativas'', puntualizó Bisbal.
Casto Ocando
El Nuevo Herald
http://www.elnuevoherald.com/167/story/188501.html
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