Uno de los más espectaculares bloqueos tuvo lugar en el 23 de Enero… El gobierno sólo los calificó de terroristas infiltrados por la CIA pero, como de costumbre, no hubo ningún detenido o sospechoso.
“¡Cuidado! Si no les llegan los recursos en dos semanas tranquen la autopista, la trancan”, dijo el presidente Chávez en Miraflores a representantes de las barriadas que bordean la carretera Caracas- La Guaira. 20 de Julio de 2005.
En la primera visita de Henry Kissinger a Beijing en 1971 el primer ministro de entonces Chou En Lai le comentó que le sorprendía saber que “en cualquier cosa que ocurría en el mundo” estaba detrás la CIA.
El asesor de seguridad contestó que esa era una exagerada sobreestimación de la agencia de inteligencia que sin duda “halagaba a sus miembros, pero que no merecían tal crédito”.
Desde entonces mucho se ha hablado y escrito sobre la siniestra CIA y su responsabilidad en todo lo malo que le ocurre a los enemigos de EE UU en el mundo. Pero desde hace dos décadas centenares de libros, ensayos y disertaciones han despojado a la CIA de esa legendaria eficacia capaz de cambiar el curso de la historia desde las sombras.
A la incompetencia de la CIA pues, se le atribuye la invasión comunista en Corea, el espectacular fracaso de la invasión de Bahía de Cochinos, la incapacidad para deponer a Castro y el golpe contra el régimen de Mohammed Mossadegh para sustituirlo por el Shah en Irán que en realidad es el origen de la revolución islámica. No falta, por supuesto, la caída del imperio soviético, que ocurrió sin que la CIA lo anticipara, la invasión a Irak y a Afganistán.
En el balance de las operaciones clandestinas de la CIA en América Latina casi todas resultaron en guerras civiles, en sangrientas dictaduras o en algo peor de que lo que la CIA aspiraba componer. Así fue el caso de Guatemala, República Dominicana y Panamá. La intervención en el gobierno de Joao Goulart de Brasil, como más tarde en el de Salvador Allende de Chile, condujeron a sendas dictaduras militares y no menos responsabilidad tiene la participación de la agencia en Argentina o en Nicaragua que fue el camino para el regreso al poder del oligofrénico de Daniel Ortega. Una interminable lista de desaciertos.
La epopeya
No obstante esta larga historia de fracasos y reveses los analistas de los centros de investigación estratégica, de seguridad y defensa, se asombran cuando contrastan estos resultados con la apoteosis de la CIA en Venezuela avalada, reconocida y acreditada por el alto gobierno bolivariano y en particular por el presidente Hugo Chávez que admite haber sido infiltrado hasta el punto de controlar todo el aparato del Estado, la economía y la vida de todos los venezolanos.
Mientras adversarios ideológicos o estratégicos de EE UU como China, Rusia, Chile, Brasil, Uruguay y España gozan de una prosperidad incomparable la CIA ha vuelto pedazos a Venezuela con impudicia e impunidad ante la impotencia del gobierno revolucionario.
Inflación, desabastecimiento de alimentos, destrucción de Pdvsa, corrupción a límites inconcebibles, control de los medios, de los partidos políticos, división del PSUV, asesinatos de fiscales, estímulo del tráfico de drogas, lavado de dinero, asesinar a unos 12.000 venezolanos cada año, derrotar la reforma constitucional, la demanda de Exxon y crear casi un conflicto con Colombia es parte de la obra maléfica de la CIA, sin contar, como denunció Isaías Rodríguez, el caso del testigo estrella creado por la CIA. Sólo las bombas aliadas en Alemania y las atómicas de Hiroshima y Nagasaki han causado más daño que la CIA en Venezuela.
El mecanismo
Pero de todas estas intervenciones de la CIA en Venezuela ninguna tan impresionante y tan efectiva como la protesta popular que tiene lugar en diferentes tiempos pero en casi todos los estados y municipios del país y cuya metodología consiste en cerrar calles o bloquear avenidas y autopistas para resaltar la proverbial incompetencia bolivariana.
Una paciente búsqueda nos ofrece una pista acerca del origen de esta ingeniosa forma de sabotear. El 20 de junio de 2005 el presidente se reunió en el Salón Ayacucho de Miraflores con representantes de cooperativas de las barriadas que bordean la autopista Caracas-La Guaira, a fin de entregarles créditos.
Sobre posibles retrasos en los recursos prometidos Chávez les advirtió. -¡Cuidado! Si no les llegan los recursos en dos semanas tranquen la carretera, la trancan”. El ministro de Vivienda de entonces, Julio Montes, alarmado con la recomendación, intervino para aclarar: -“Para que no afecten a otra gente, que nos tranquen a nosotros”. - “¡No, no, no!” interrumpió el presidente Chávez, “tranquen la carretera, es la orden”. “La autopista Caracas-La Guaira”, gritó alguien y de inmediato Chávez aceptó la sugerencia: “Pudiera ser la autopista también, ¿qué nos queda?”. Desde entonces la CIA ha estado bloqueando calles, carreteras y autopistas en todo el país.
Uno de los más espectaculares bloqueos tuvo lugar en el 23 de Enero la pasada semana y fue acompañado con un desfile en el cual participaron miembros encapuchados de la CIA con armas largas, para no ser reconocidos. El gobierno sólo los calificó de terroristas infiltrados por la CIA pero, como de costumbre, no hubo ningún detenido o sospecho.
¿Quién es el genio que dirige la CIA en Venezuela?
Por Orlando Ochoa Terán
Diario de América
http://www.diariodeamerica.com/front_nota_detalle.php?id_noticia=3787
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