martes, 8 de abril de 2008

Estrategia en las Primarias


John McCain está cubriendo todos los ángulos para garantizarse una buena cobertura mediática.



Las elecciones son importantes para encontrar candidatos y definir el próximo Presidente, pero también para dotar de contenidos las agendas programáticas que se llevarán a cabo de forma inminente y que definirán el papel de los EE.UU en el mundo y su evolución histórica.

El 31 de marzo pasado John McCain, pocos días después de haber conseguido el endorsement simbólico de Nancy Reagan, inició en Meridian, Mississippi, una gira por varios Estados, de carácter biográfica, que ha recorrido Virginia, Maryland, Florida, Tennessee, y Arizona, en la que ha visitado aquellos lugares de especial relevancia en su historia familiar. De Meridian datan sus orígenes familiares, donde nació su abuelo, el almirante John Sydney McCain I.

Ha sido el lugar escogido para que el candidato Republicano explique la forma en que su familia influyó en su voluntad de dedicarse al servicio de los EE.UU. Este argumento de Familia y Servicio al país, es el nudo central de un nuevo vídeo que refleja cómo su abuelo, su padre, él, y dos de sus hijos, han puesto sus vidas al servicio de la nación.

Su impecable historial militar contrasta así de forma evidente con el currículum de sus posibles contrincantes en noviembre, Clinton y Obama, cuya dedicación al país es un misterio que tal vez podamos vislumbrar alguna vez. Con grandes dosis de fe, eso sí, al estilo Obama.

Sin perder el tiempo, John McCain está cubriendo todos los ángulos para garantizarse una buena cobertura mediática. Su reciente intervención en el Late Show de David Letterman, en la CBS, el mismo programa donde anunció su candidatura presidencial hace un año, demuestra su cintura más televisiva, sin perder de vista este tipo de intervenciones que arrastran gran audiencia de público. Tampoco está dispuesto a conceder ventaja a ninguno de sus contendientes Demócratas. Tras un vídeo de Hillary Clinton, actualización del famoso “teléfono rojo a las 3 de la madrugada”, que atacaba al Senador por Arizona en el aspecto económico, el Team McCain reaccionó con otro vídeo similar poniendo el énfasis en las diferencias con sus rivales. Directo, rápido y eficaz.

En la vorágine de las primarias se utiliza todo, pero es mérito de John McCain no valerse del servicio militar de sus dos hijos pequeños en Iraq. No lo ha hecho en el pasado ni ahora, algo que le honra y marca distancias con sus rivales, capaces de usar lo que haga falta con tal de ganar. Detalles como éste ponen el acento sobre la integridad y los valores del candidato Republicano.

Mientras los Demócratas Hillary y Obama se enfangan en su disputa, cada vez más enconada, McCain sigue rompiendo moldes. Ha sido el primer candidato presidencial Republicano en hablar en público en el Lorraine Motel, de Menphis, Tennessee, el lugar donde Martin Luther King fue asesinado hace 40 años. Allí, con gran valentía y sinceridad, ha pedido perdón por su decisión de no apoyar en los 80 un día para recordar al predicador afroamericano. Lo ha hecho con estas palabras:

"Me equivoqué. Con el tiempo me di cuenta de ello y le di pleno apoyo a esa fiesta en Arizona. A veces todos podemos llegar un poco tarde a hacer lo que debemos, y el doctor King entendió eso de sus paisanos estadounidenses."

McCain se coloca así en disposición de luchar por el voto afroamericano, algo que le honra y entra en su empeño de llegar con su mensaje a cuantos más americanos mejor, y para lo que su campaña pasará, por ejemplo, por el sur de Philadelphia o las poblaciones negras de Alabama.

Entretanto, continúa el drama en las filas Demócratas, con Obama y Hillary disputándose una de las nominaciones más reñidas de la Historia. Las últimas encuestas de opinión conocidas, sitúan a Hillary Clinton con una clara tendencia a la baja en el Estado de Pennsylvania, donde Obama ha estado haciendo campaña, guiado por su instinto político, apoyado por el Senador demócrata Bob Casey, y reuniendo a esas masas de universitarios que parecen levitar cuando le escuchan. Los 40 millones de dólares que ha recaudado en marzo hablan de muchos apoyos, se mire como se mire, muy lejos ya de los 20 conseguidos por Hillary.

Los resultados de los sondeos parecen darle la razón al no dar por perdido Pennsylvania. Las distancias con Hillary se han recortado y ya está apenas a unos puntos de distancia; aunque presumiblemente no logre la victoria, si consigue que la de Clinton no sea muy abultada, ya será un triunfo. Y mientras Obama apreta el acelerador, peleando cada Estado, con claros aciertos de estrategia, como ese discurso para distanciarse de su reverendo Jeremiah Wright, que ha marcado otro hito en su oratoria, Clinton tropieza una y otra vez con errores de estrategia y de comunicación. Su historia inventada de cómo los francotiradores la recibieron con disparos en el aeropuerto de Tuzla, Bosnia, en 1996, o el último plagio de un chiste de Ronald Reagan, el del muchacho que buscaba un pony entre el estiércol del establo, que versa sobre el optimismo del ser humano, pero contado con esa gracia inigualable que tiene Hillary, o sea, ninguna, a años luz del ingenio de Reagan, le pone a los pies de los caballos y la gente desconfía más y más de ella. Lo tenía todo para ganar y ella sola lo está perdiendo.

Los Superdelegados Demócratas asisten estupefactos al espectáculo y son ya muchos los que dan la espalda a los Clinton abiertamente y abrazan a Obama. No obstante, esto no ha terminado y no debemos olvidar que Hillary tiene muchas posibilidades de conseguir todos los grandes Estados y la mayoría del voto popular, algo que aún está en el aire. En suma, cualquier cosa puede suceder aún.

En este panorama de democracia abierta, típico de EE.UU, tampoco dejan de escucharse voces para influenciar la elección de los candidatos a Vicepresidente. Nombres como Michael Bloomberg para Obama y Mitt Romney para McCain, suenan con insistencia. No son los únicos que están sobre la mesa. Y no es un tema baladí, habida cuenta del horizonte que se nos presenta por delante de aquí a diez años, con desafíos de primer orden para los EE.UU, como la guerra contra el terrorismo y la fortaleza económica en el epicentro de la atención.

Las elecciones son importantes para encontrar candidatos y definir el próximo Presidente, pero también para dotar de contenidos las agendas programáticas que se llevarán a cabo de forma inminente y que definirán el papel de los EE.UU en el mundo y su evolución histórica.


Por Jaime Nava Rueda

Diario de América

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