viernes, 14 de diciembre de 2007

Las opciones con Chávez tras la derrota


Chávez no puede prescindir del petróleo para llevar a cabo sus tropelías.



La frase del Rey de España puede servir de símbolo para fomentar una verdadera revolución cívica para echar del poder a este súbdito de Castro. La debilidad de las instituciones democráticas en aquel país no lo harán; ya están engangrenadas.

En la víspera de las elecciones usó la táctica del chivo expiatorio, del enemigo externo (cubriéndose así también las espaldas debido a las crecientes señales de una posible negativa a su propuesta), en este caso los políticos y las empresas españolas. No es el primero que lo hace, y la fecha en la que lo hizo hace apuntar que tenía un propósito bastante específico y concreto; nada es casualidad en la mente de los tiranos. Sus diatribas contra la oposición española van en esa dirección; de hecho es mejor para él que gane la derecha española con vistas a afianzarse en su papel de víctima. Arremetió y amenazó a las empresas españolas diciendo que nada le costaría eliminarlas. Es triste que alguien pueda tener y otorgarse ese derecho, otro ejemplo de por dónde camina Venezuela y parte del subcontinente actualmente. Las empresas extranjeras perderían, pero más lo haría el pueblo venezolano. Y es así cómo se destruye una democracia, terminando con el Estado de Derecho, y subyugando arbitrariamente lo que se le oponga a sus planes. Depositar un voto en la urna, es una formalidad, que sin las correspondientes garantías, es vacua.

En aquellos días tampoco podía faltar EEUU, la CIA, y si se le pasa por la cabeza los judíos como parte de la conspiración. Todas las excusas y los enemigos son pocos: otra semejanza con los dictadores de todos los tiempos. Amenazó con el fin de la exportación de petróleo a EEUU (otro chantaje más, también presente en la propia campaña, como si los que adquieren el petróleo tuvieran la culpa del descalabro electoral), cosa que no puede hacer pues es la única fuente de riqueza que va quedando en Venezuela. Después de que destruya por completo la iniciativa privada y el consumo, el crudo será la su única fuente que sin embargo no llegará a los ciudadanos impedido además por la avaricia dictatorial, por la burocracia, la corrupción y los elevados gastos públicos de la Venezuela socializada. Y es que ningún país puede asentar un nivel óptimo de moderno bienestar condicionándose sólo a los dividendos petrolíferos o de materias primas, excepto el lucro más desvergonzado y ladrón que el que disfrute la clase dirigente. La economía retrocedería a un nivel bajo de bienes y servicios, basada en una paupérrima forma de sector primario. El comercio y el consumo han de existir y la ramificación de la economía en múltiples campos son necesarios para gozar de un buen nivel de acomodo general acorde al nivel de vida moderno.

En esos días también se produjeron actos y proclamas –nuevamente típicas de Hitler- verbalmente violentas en boca del sátrapa con sus amenazas a la fuerza armada, y un vocabulario soez, agresivo y lleno de ira. Nada que ver con el buen uso del gobierno y servicio público (y más en común de nuevo con Hitler). Y demasiados son los gestos comunes con la bestia antisemita como muestran las delirantes ideas acerca de las limitaciones en los registros de los nombres.

En su locura personalista ya está paralizando adjudicaciones y alentando para el retiro voluntario o por la fuerza de las empresas extranjeras, lo que da una idea del nulo carácter social de su gobernación con respecto a los ciudadanos de Venezuela. Sólo importa su persona, típico en su megalomanía.

Sus efectos en la economía ya se perciben claramente: los precios de muchos alimentos básicos han subido espectacularmente a pesar (y por eso mismo) del decreto de precios máximos (lo que inhabilita e inutiliza el propio concepto y finalidad del precio) cuya primera consecuencia es la escasez, y fruto de ello la subida a pesar de las prohibiciones en ese sentido. Es curioso cómo las inmutables leyes de la economía siempre salen a flote, y siempre resurgen; no se puede acabar con ellas como no se puede alterar la física. Los mayores dictadores sin embargo han tratado no sólo de alterar la economía mediante la ingeniería social, sino que las propias ciencias han sido objeto de groseras manipulaciones como el caso de la Rusia soviética con Lysenko, o los experimentos de los científicos del Tercer Reich. La admiración de Hitler por el ocultismo, tienen también un buen denominador común con las propuesta de cambiar los husos horarios en Venezuela tratando en ambos casos de realizar propósitos que sólo una personalidad auto-endiosada puede concebir. Y como toda buena economía socializada que se preste, las anunciadas limitaciones en las horas de trabajo también serán una realidad. El día que haya que trabajar, lo harán, pero de manera forzada y esclavista. Hasta ese día el delirio y las excentricidades de Chávez seguirán campando a sus anchas como la muestra de llegar a querer ¡prohibir los madrugones!.

Y es que no pasa un solo día en el que las bravatas de Chávez no sean noticia. Lo malo es que se suele prestar demasiada atención a apartados que más bien caben en lo morboso como el archiconocido ¡Por qué no te callas!. Aunque para mucha gente ese pequeño gesto sea el indicador, el detonante o el símbolo de que algo va muy mal. Por desgracia esa gente no es la que verdaderamente se preocupa de los pueblos oprimidos. La prensa occidental y de masas como la televisión suele centrarse más en el chascarrillo que en lo que esconde detrás, como son la falta de formas diplomáticas, y más detrás aún, una peligrosa dictadura totalitaria emergente al estilo cubano.

La frase del Rey de España puede servir de símbolo para fomentar una verdadera revolución cívica para echar del poder a este súbdito de Castro. La debilidad de las instituciones democráticas en aquel país no lo harán; ya están engangrenadas.

De hecho la misma consulta constitucional ya había dejado de ser legítima. Aceptarla era como respaldar la iniciativa, de ahí que parte de la oposición en principio considerase la abstención como también está sucediendo en Bolivia. Reconocer su validez podía llevarnos al callejón sin salida de tener que aceptar su resultado. Sin embargo, se optó por un buen camino y una peligrosa apuesta , el voto masivo por el No. Estos dilemas en el límite no son de fácil solución. Y el peligro es demasiado grande una vez emprendida la arriesgada apuesta. La próxima contienda debe salir de los ciudadanos y de la legítima oposición. Ésa es la solución, aunque otros métodos más contundentes (incluso el magnicidio como por ejemplo el caso de Allende y Pinochet en Chile) no serían ilegítimos en vista de la deriva a la que va el pueblo venezolano. Pueblo que debe madurar en sentido inverso al preconizado por Chávez.

Por Juan Antonio Alonso

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estoy, con usted. viva el pueblo norteamericano. Viva Bush, Pinochet, Videla. viva Telefonica,
viva el boicot a los productos venezolanos, hay que comprar productos y servicios extranjeros.
Viva la CIA. viva a nuestro rey, de copas. Viva todo lo que solo queremos escuchar y ver. Viva CNN, obvio. fuera a los oftalmologos.
Viva Uribe, que le garantiza cocaina a los EE. UU.
Viva el imperio yanqui.

QUE HACES POR TU PROPIO PAIS. AH, NO TENES TIEMPO!, YA VEO, ESTAS COMODO, EN TU CEGERA. POBRE INFELIZ
VES LO DE AFUERA Y LO TUYO PROPIO QUE?.
Viva Latinoamerica tal cual somos, ¿porque depender de los demàs?
¿porque incitar a las masas?
a ti tambien te estan pagando?
cuanto vale tu traicion golpista?