Opinión
Miguel Molero
Noticiero Digital
El miedo es en definitiva el desiderátum a vencer entre los venezolanos. El miedo conjuntamente con la incertidumbre, es lo que marca predominantemente hoy la vida de los venezolanos. La odiosa predica de acción psicológica de que ésta es una revolución armada, que hace tiempo puso en marcha el Teniente Coronel Presidente, traduce para el venezolano común, la musculatura del atropello, la humillación y el cinismo político del régimen. Demarcar las áreas por donde deben marchar y protestar los venezolanos, nos conduce a un punto de no retorno, por cuanto el ejercicio de la libertad política, la ha convertido el Teniente Coronel Hugo Chávez Frías, en una vendetta de su basura ideológica.
Duele e indigna, ver a Venezuela sumida en una tragedia de desencuentros, puesto que los códigos impuesto por Chávez a sus seguidores, son los códigos de las sectas, donde el líder es considerado como el predestinado a una acción superior, y todos los que le siguen, le deben una sumisión incondicional. Es esto lo que explica que los “rojos rojitos” se comporten como multitudes en procesión que a pasos sincronizados, siguen a su “líder” como un ejército de zombis, marchando hacia el futuro de la nada. Son venezolanos que por la necesidad o por el negocio con el Estado, son incapaces de verse o intuirse como cualquier otro venezolano que le pasan tal vez, las mismas cosas que a él, pero desde el poder, se le ha fabricado un discurso con un lenguaje guerrerista, violento y embrutecedor, que anula la sensibilidad de los hechos cotidianos del venezolano, y siembra la aberrante e inconcebible negación del otro.
Hugo Chávez Frías ha llevado a Venezuela a una degradación horrorosa, donde ha logrado soliviantar la solidaridad dentro en un vasto sector de venezolanos; para ello ha erigido valores inspirados en la violencia y la ambición de poder, donde la cooperación entre los venezolanos sólo es realizable, en el mundo “rojo rojito” que Chávez ha construido, de allí el mundo hostil en que nos desenvolvemos los venezolanos, obligándonos a los que no compartimos sus ideas políticas, a resguárdanos del atropello y la violencia que han decidido poner en practica “los rojos rojitos”, por instrucciones de su “líder”.
Un sector significativo de venezolanos que no compartimos la basura ideológica del Teniente Coronel Presidente, sentimos vergüenza del oscuro agujero en que ha caído Venezuela, donde el respeto y la dignidad del otro, se destila en las acciones de violencia que practican “los rojos rojitos”. El vaciamiento de los valores democráticos de la que está siendo objeto la sociedad venezolana, no puede combatirse con resignación, la actitud repugnante, pandillera y vulgar de “los rojos rojitos”, no puede ser enfrentada con sentimientos de miedo, al miedo tenemos que anteponerle lo obvio de la vida, que es la muerte, Es ésta en mi criterio, la batalla que los venezolanos debemos librar, contra el totalitarismo que se nos quiere imponer
Miguel Molero
Noticiero Digital
El miedo es en definitiva el desiderátum a vencer entre los venezolanos. El miedo conjuntamente con la incertidumbre, es lo que marca predominantemente hoy la vida de los venezolanos. La odiosa predica de acción psicológica de que ésta es una revolución armada, que hace tiempo puso en marcha el Teniente Coronel Presidente, traduce para el venezolano común, la musculatura del atropello, la humillación y el cinismo político del régimen. Demarcar las áreas por donde deben marchar y protestar los venezolanos, nos conduce a un punto de no retorno, por cuanto el ejercicio de la libertad política, la ha convertido el Teniente Coronel Hugo Chávez Frías, en una vendetta de su basura ideológica.
Duele e indigna, ver a Venezuela sumida en una tragedia de desencuentros, puesto que los códigos impuesto por Chávez a sus seguidores, son los códigos de las sectas, donde el líder es considerado como el predestinado a una acción superior, y todos los que le siguen, le deben una sumisión incondicional. Es esto lo que explica que los “rojos rojitos” se comporten como multitudes en procesión que a pasos sincronizados, siguen a su “líder” como un ejército de zombis, marchando hacia el futuro de la nada. Son venezolanos que por la necesidad o por el negocio con el Estado, son incapaces de verse o intuirse como cualquier otro venezolano que le pasan tal vez, las mismas cosas que a él, pero desde el poder, se le ha fabricado un discurso con un lenguaje guerrerista, violento y embrutecedor, que anula la sensibilidad de los hechos cotidianos del venezolano, y siembra la aberrante e inconcebible negación del otro.
Hugo Chávez Frías ha llevado a Venezuela a una degradación horrorosa, donde ha logrado soliviantar la solidaridad dentro en un vasto sector de venezolanos; para ello ha erigido valores inspirados en la violencia y la ambición de poder, donde la cooperación entre los venezolanos sólo es realizable, en el mundo “rojo rojito” que Chávez ha construido, de allí el mundo hostil en que nos desenvolvemos los venezolanos, obligándonos a los que no compartimos sus ideas políticas, a resguárdanos del atropello y la violencia que han decidido poner en practica “los rojos rojitos”, por instrucciones de su “líder”.
Un sector significativo de venezolanos que no compartimos la basura ideológica del Teniente Coronel Presidente, sentimos vergüenza del oscuro agujero en que ha caído Venezuela, donde el respeto y la dignidad del otro, se destila en las acciones de violencia que practican “los rojos rojitos”. El vaciamiento de los valores democráticos de la que está siendo objeto la sociedad venezolana, no puede combatirse con resignación, la actitud repugnante, pandillera y vulgar de “los rojos rojitos”, no puede ser enfrentada con sentimientos de miedo, al miedo tenemos que anteponerle lo obvio de la vida, que es la muerte, Es ésta en mi criterio, la batalla que los venezolanos debemos librar, contra el totalitarismo que se nos quiere imponer
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