viernes, 28 de septiembre de 2007
La Junta Militar birmana envía más tropas a Rangún y corta el acceso a Internet
- Cientos de soldados rodean los monasterios para impedir la salida de los monjes
- Patrullaban las calles en posición de disparo mucho antes de que empezaran las marchas
- Los accesos a las cinco principales pagodas de Rangún han sido bloqueados
Tropas del Ejército birmano se dirigen hacia Rangún desde el centro y sureste del país y, según la radio de la disidencia birmana Mizzima, no está claro el motivo ni la misión de estos destacamentos.
Mientras, en Rangún, dos personas resultaron heridas este viernes por los disparos efectuados por los soldados para disolver una manifestación de varios miles de personas que volvieron a desafiar a la Junta Militar de Birmania (Myanmar).
Un testigo que escapó a los disparos escondiéndose bajo un coche relató a Mizzima que los militares abrieron fuego contra los manifestantes en el barrio de Kyauktada, en el centro de Rangún.
Unas horas antes, los cuerpos de seguridad habían dispersado otra manifestación en la zona de la pagoda de Sule y el Hotel Traders que había convocado la Liga Nacional para la Democracia (LND), el único partido político del país que resiste la presión del régimen militar.
Miles de personas comenzaron a congregarse este mediodía en la calle Anawrahta y en la avenida que conduce a la pagoda de Sule, el punto neurálgico de las protestas durante la última semana. Los manifestantes, algunos armados con bastones y portando fotografías de Aung San Suu Kyi, líder de la oposición y de la Liga Nacional para la Democracia (LND), gritaban y proclamaban consignas contra la Junta Militar birmana, mientras más gente salía de sus casas para sumarse a la marcha.
La ciudad de cinco millones de habitantes, principal urbe de Birmania (Myanmar) y antigua capital del país, amaneció esta mañana entre mayores medidas de seguridad para contener las movilizaciones contra 45 años de régimen militar. Cientos de soldados rodeaban los principales monasterios de la ciudad para impedir la salida de los monjes que todavía no han sido arrestados.
Policías y soldados birmanos en las calles de Rangún. (Foto: EFE)
Y por primera vez desde que empezó la revuelta, los militares patrullaban las calles a pie y en posición de disparo mucho antes de que empezaran las movilizaciones convocadas clandestinamente para hoy. La presencia de soldados es la más importante de los últimos días y los accesos a las cinco principales pagodas han sido bloqueados.
Sin Internet ni teléfono
La Junta Militar birmana ha dado un paso más en el aislamiento del país y ha cortado la conexión a Internet para impedir que salga al exterior información sobre la represión ejercida para frenar las protestas, en las que ya han muerto 15 personas desde el pasado miércoles.
Los pocos cibercafés de Rangún que quedaban abiertos han aparecido cerrados esta mañana después de que las autoridades militares ordenaran su clausura. Desde que empezó la represión de las manifestaciones, los birmanos utilizaban estos locales con conexión a Internet para enviar al exterior fotos y vídeos de la intervención militar grabados con sus teléfonos móviles.
Fuentes de la disidencia indicaron que los cierres comenzaron el jueves y continuaron este viernes, después de que el Gobierno cortara el servicio de los servidores de Internet del país. Las mismas fuentes indicaron que la Junta Militar ha interrumpido el servicio de líneas telefónicas al exterior a partir del mediodía, que es cuando comienzan las marchas contra el Gobierno.
Las autoridades también han advertido de que procederán a realizar cortes telefónicos y de electricidad en las áreas donde ocurran las protestas. Los portavoces de la oposición temen ahora que la Junta Militar tome medidas para evitar la recepción de la emisora Voz Democrática de Birmania, radio disidente que transmite desde Oslo (Noruega).
Birmania, uno de los países del mundo que más limitan el servicio y uso de internet, autorizó en 2002 la apertura de cinco cibercafés en Rangún y otros tantos en Mandalay, al norte y la segunda ciudad del país. Antes de las actuales protestas, las llamadas telefónicas al extranjero en los hoteles de Rangún y otras ciudades importantes eran interceptadas sin disimulo, y cuando se empleaba el servicio de internet había que entregar una copia del mensaje.
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