Mientras el Presidente George W. Bush estuvo al mando, nunca se pronunció públicamente con respecto a los comentarios del Presidente Chávez, ni tampoco respondió a ninguna de sus obscenas ofensas.
Sin embargo, algunos asesores cercanos a Bush comentaron que casi pierde los estribos cuando Condoleezza Rice se convirtió en el foco de los ataques de Chávez. No obstante, Bush decidió no prestarle atención, pues nada molesta más a un narcisista que el ser ignorado… ¡todo el tiempo! De hecho, la política de los Estados Unidos durante el segundo período de gobierno de Bush fue simplemente ignorar a Chávez y sus ataques, lo cual no significa que no le hicieron un laborioso seguimiento a sus acciones.
El impasible flujo de fondos a incontables grupos de la región, a puntos de conflicto del Medio Oriente y hasta para los Estados Unidos, no se perderán de vista. Luego, el desfile en Caracas de personajes de reputación dudosa han convertido al país en una representación de Casablanca del siglo XXI. Las embajadas han reemplazado a agregados comerciales y culturales por agentes de inteligencia entrenados para rastrear dichos ires y venires y a su vez están en capacidad de descifrar acertijos como los referentes a los vuelos cada tres semanas entre Teherán-Damasco-Caracas en los que los misteriosos pasajeros logran esquivar los controles de inmigración reglamentarios.
Las preocupaciones con respecto al estatus de la democracia, los derechos humanos y la corrupción amplían el alejamiento entre las dos naciones. El Presidente Obama hizo énfasis en sus preocupaciones con respecto a esta materia en su discurso inaugural: “Para aquellos líderes alrededor del planeta los cuales buscan sembrar el conflicto o culpar al Oeste de los males de sus sociedades: sepan que su gente los juzgará en base a lo que construyan, no en lo que destruyan” y luego agregó que “Para aquellos que se aferran al poder a través de la corrupción y el engaño y silenciando a los disidentes, sepan que se encuentran en el lado incorrecto de la historia; sin embargo estamos dispuestos a tenderles una mano si ustedes deciden aflojar sus puños”.
El escudo petrolero de Chávez se ha debilitado tanto por el colapso de la industria petrolera del país como por la caída de los precios del crudo. Ahora, el presidente venezolano tendrá que confrontar los crecientes peligros del país sin el resguardo de un adversario el cual le resultaba conveniente. Asimismo, las negociaciones con Cuba e Irán serán una parte importante del gobierno de Obama, lo cual dejaría a un lado a Caracas, lo que llevaría a Chávez a recurrir a su típico capricho de la auto-destrucción.
Por Pedro M. Burelli
Para Reuters
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