lunes, 16 de marzo de 2009

El juego político de Lula y Obama


El presidente de Brasil se encamina al liderazgo regional y Chávez queda de lado



Al demostrar que la reunión del sábado en la Casa Blanca se dio en un ambiente distendido, los mandatarios buscaron reforzar su poder. Las sonrisas, los chistes, las declaraciones previas y las posteriores. Todos los aspectos de la reunión del sábado entre los presidentes Luiz Inácio Lula da Silva y Barack Obama están sujetos a una segunda lectura. A una interpretación casi subliminal. Así lo cree la internacionalista María Teresa Romero, quien explica que los mensajes que enviaron los mandatarios tras la cita en la Casa Blanca hacen que el resultado sea favorecedor para los dos.
Las palabras y los gestos de los presidentes demostraron su experticia como ajedrecistas políticos. Y, en medio del juego, quedó claro que sus intereses apuntan al reforzamiento de una alianza energética y económica.

"El que las declaraciones de Lula sobre otros asuntos tocados en la reunión (como la recomendación a Obama de acercarse a Venezuela), se dieran en la Embajada brasileña y no durante la rueda de prensa en la Casa Blanca es clave. Esas palabras sólo constituyen una medida efectista. Un mensaje para los latinoamericanos, que dejó claro que Brasil lleva el timón del liderazgo. Es la confirmación de que la mediación de Lula entre Washington y Caracas o La Paz es sobre todo retórica", explica Romero.

Con respecto al papel de intermediario que se había planteado para Lula, la internacionalista destaca, además, que "la pelota está en el campo de Chávez y Morales. Ya Obama dijo que estaba dispuesto a tender la mano a América Latina y ahora los que tienen que abrirse son ellos".

Las ganancias. Al transmitir una imagen de amistad y distensión los dirigentes procuraron reforzar su poder. "Demostrar que hay un gran aprecio entre los dos es bueno, sobre todo para Obama, porque lo desliga de la imagen que se tenía de su país en la región con el mandato de George W. Bush.

Una buena relación con un líder de izquierda moderada le da más prestigio a Washington en América Latina y le quita su imagen guerrerista", destaca María Teresa Romero.

En cuanto a las ganancias que obtiene Lula, destaca el fortalecimiento de su liderazgo regional y mundial. "Cada vez Brasil está más cerca de alcanzar el papel principal que siempre ha buscado, y además tiene con qué: un gran poder energético y el reciente petitorio de un grupo de europarlamentarios que quieren que Europa considere al país como una potencia mundial emergente", explica.

Venezuela, por su parte, queda de lado en medio del amorío Washington­Brasilia. "Mientras Lula está encaminado a ser el líder democrático de la región, Chávez queda al mando de la izquierda radical. Y, con la búsqueda de independencia energética por parte de Obama, la alianza con Brasil irá en detrimento de las compras a Venezuela", destaca Romero.

El Nacional

1 comentario:

D45 dijo...

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