domingo, 7 de octubre de 2007

Arresto de empresario desata escándalo



Alex del NogalCuando uno de los más leídos cronistas sociales de Venezuela describió la lujosa fiesta de cumpleaños de Walter Alexander del Nogal Márquez en un exclusivo barrio de Caracas, la lista de invitados dejaba entrever que el empresario, pese a su escabroso pasado, estaba haciendo muy buenas migas con el gobierno del presidente Hugo Chávez y la nueva clase empresarial del país.

Entre los asistentes a la fiesta ese octubre del 2004 estaban Juan Barreto, el actual alcalde chavista de Caracas; el diputado oficialista Luis Tascón, cuyo apellido pasó a la historia en una lista de persecusión política; y William Ruperti, un transportador de petróleo y broker del combustible premiado por el gobierno por su fidelidad durante el paro petrolero de 2001.

''De que el mundo gira, gira y gira, como decía con su voz almibarada el bardo Nelson Ned, puede dar fe: Alex del Nogal, empresario emblema de estos tiempos quintorrepublicanos y amigo del inquilino de Miraflores desde sus tiempos en Yare'', decía el cronista Roland Carreño en El Nacional.

El mundo giró y giró y el 14 de septiembre pasado Del Nogal fue arrestado en Milán, Italia bajo cargos de narcotráfico marcando así la tercera vez que el empresario queda tras las rejas en sus 39 años de vida.

La noticia del arresto generó un escándalo sobre las conexiones Del Nogal con el gobierno y el sector privado y alborotó las especulaciones en torno a cómo un convicto de homicidio, en libertad condicional, prófugo de la justicia de Suiza y de Italia, había logrado llegar a esas alturas.

Del Nogal fue condenado en Venezuela en 1995 a 20 años y 11 meses de prisión por su complicidad en el asesinato de Mario Rodolfo Patti Fajardo, un amigo de aventuras ilegales, cuyo cuerpo agonizante y con un tiro en la cabeza, fue lanzado por él y otro cómplice desde una avioneta al mar Caribe, frente al archipiélago venezolano del Gran Roque. En esa misma causa fue condenado por estafa y "aprovechamiento de cosas provenientes del delito''.

Los tribunales lo absolvieron del delito de aterrorizar a la población del que había sido inculpado por su supuesta participación en una serie de bombas que explotaron en Caracas en 1993, durante el segundo gobierno del presidente Carlos Andrés Pérez, aparentemente con el objetivo de crear un caos bursátil que favorecería a los cómplices de los atentados

Del Nogal estuvo en prisión por narcotráfico y lavado de dinero en Suiza, de donde escapó porque no soportaba el silencio de la prisión, según él mismo lo comentó a sus compañeros de presidio en Venezuela.

En su juventud la Policía Técnica Judicial de Venezuela (PTJ) y la Dirección de Inteligencia de la policía (DISIP) lo investigaron por robo de automóviles llevados desde la Florida, un delito por el cual su padre, William del Nogal, afronta cargos en la corte federal de Miami.

William, de 60 años, fue arrestado en noviembre de 1992 y liberado bajo fianza, pero no volvió a presentarse a las autoridades, según documentos consultados por El Nuevo Herald. Por ello fue acusado en otro encausamiento en el 2001 y declarado fugitivo.

''Padre e hijo estaban en el negocio, yo creo que el padre jugó un papel muy importante en la carrera de delincuente de Alex'', dijo a El Nuevo Herald, Johan Peña, ex comisario de la DISIP quien investigó la red de contrabando de los autos robados.

Según Johan la organización tenía bajo su control toda la cadena del proceso de importación y legalización de los carros que incluía a la Guardia Nacional y las oficinas del Registro Automotor.

Nuevos indicios de sus supuestas conexiones con el narcotráfico, surgieron a comienzos de este año cuando el narcotraficante confeso Ferid Farid Domínguez mencionó a Del Nogal en una entrevista con El Nuevo Herald como un presunto enlace de narcotraficantes colombianos con funcionarios del gobierno venezolano.

Considerado por amigos y enemigos como una persona brillante y simpática, Del Nogal logró amasar una fortuna rodeándose de personajes del gobierno, la banca y el mundo del petróleo de su país y desafiando el pronóstico que él mismo hizo desde la cárcel de la prisión de Yare I en julio de 1997.

''La gente lo ve a uno como un delincuente, uno queda con esta marca y la sociedad te castiga, aunque quieras escalar siempre te van a mancillar, aquí no perdonan esto'', le dijo Del Nogal al diario El Universal.

Del Nogal escribía entonces un libro titulado Ellos que me golpearon en el que mencionaba a quienes le hicieron daño y trataron de forzarlo a pasar el resto de su vida en prisión.

Sus relaciones con los directivos de la cárcel no fueron siempre buenas. El ex director de la prisión de La Planta, Irving Betancourt, dijo a ese diario que Del Nogal se ufanaba de que él "quitaba y ponía directores cuando quisiera''.

Antes de caer preso, del Nogal, quien dejó a medias la carrera de derecho, era considerado como un joven capaz muy bueno para los negocios rápidos. En Miami quedaron rastros de algunas de sus múltiples incursiones en este campo.

Según los registros de la Florida, Del Nogal se asoció con el banquero venezolano Juan Santaella en la firma Magna International, creada en 1989 y desactivada un año después.

En la misma sociedad figura como director Daniel Díazgranados, un próspero empresario y comisionista bancario cercano al gobierno de Chávez.

Díazgranados compartió cárcel con Del Nogal cuando fue también acusado de crear terror económico con las bombas que explotaron en varios sitios de la capital.

Bajo el nombre de Walter del Nogal, se registró en 1990 la firma Renpino Trading, donde aparece como directora Evenia Rengifo de Stopello, una conocida clarividente del mundo político y militar venezolanos, también consultora de varios presidentes.

Tras una ardua batalla contra jueces que se oponían a su liberación, Del Nogal finalmente salió de prisión bajo el régimen de libertad condicional por buena conducta en enero del 2000. Sus primeros agradecimientos fueron para Chávez.

''Desde que llegó Chávez a la presidencia se está haciendo justicia en Venezuela, se están respetando los derechos y se está otorgando igualdad de condiciones a todas las personas'', expresó el ex reo.

Del Nogal comenzó entonces una vertiginosa carrera en la que combinaba política y negocios en medio de una agitada vida social en los locales de su hermano William, un conocido empresario gastronómico propietario de alguno de los mejores restaurantes de Caracas de comida oriental. William es dueño de la cadena de restaurantes japoneses Yamato Sushi Bar y tuvo también un restaurante en Miami Beach.

De entre los nuevos negocios de Del Nogal y sus relaciones con el gobierno que han salido a relucir se destacan las actividades de su firma Financial Corporation (Fincorp) que cuenta entre sus clientes a varias entidades del gobierno venezolano tales como el Ministerio de Industria Ligera y la petrolera oficial PDVSA, explicó a El Nuevo Herald el ex diputado de oposición y director político del partido Un Nuevo Tiempo (UNT), Julio Montoya.

''Ya no es solamente fotografías con amigos en el gobierno y préstamos de su avión a funcionarios, sino que hay relaciones económica claras con el gobierno nacional'', agregó Montoya

El ex diputado dijo que presentará la próxima semana ante la fiscalía una solicitud para que se investigue las relaciones de Fincorp con Luis Marín, ex gerente de Citgo, petrolera estadounidense perteneciente a PDVSA, y hoy presidente del Centro Energético de las Américas, con sede en Panamá.

También solicitará que se indague si es sólo una simple casualidad el que en la sede de Fincorp, en el Centro Ciudad Comercial Tamanaco, funcione también una firma petrolera llamada grupo Julio Crespo, que estaría participando en el proyecto de construcción del gobierno venezolano para tender un oleoducto hacia Panamá.

Según una fuente consultada por El Nuevo Herald, Del Nogal fue un activo promotor de recaudación de fondos para la campaña de Juan Barreto por la Alcaldía Mayor de Caracas.

''Lo podrán negar ahora, pero Del Nogal me pidió a mí contribuciones para la campaña de Barreto a la alcaldía de Caracas'', dijo una fuente que pidió no ser identificada.

En medio de esta febril carrera por superar ''la marca'' del castigo de la sociedad, el empresario cayó preso en Italia al arribar en un vuelo de España.

Los detalles de su arresto son fragmentarios y se llegó a decir que había una confusión en su identificación, pero finalmente fue confirmado que era él a quien la justicia italiana buscaba.

A raíz de la captura, algunos de los que fueron señalados como sus amigos, se han deslindado de la relación y no hay nadie que salga en su defensa. El Nuevo Herald trató de comunicarse con sus familiares en Caracas, pero no devolvieron las llamadas.

Barreto, uno de los invitados a la fiesta en la residencia del Nogal en la Lagunita Country Club donde se lanzaron voladores y se sirvió una comida tailandesa, ''que ni en un banquete en el viejo reino de Siam'', según Carreño, negó cualquier vínculo con el empresario.

A su turno, Ramiro Helmeyer, también condenado por el homicidio de Patti y de quien se afirma que es socio de Del Nogal y trabaja en asesorías de seguridad al gobierno de Chávez, dijo a El Nuevo Herald que no tiene ni ha tenido ninguna relación de negocios con el empresario.

''Si yo le hubiera organizado la seguridad a Chávez estuviera orgulloso de eso porque este es un gobierno legítimamente constituido'', explicó Helmeyer en una entrevista telefónica desde Caracas.

En cuanto a su relación con Del Nogal agregó que desde hace casi tres años se distanciaron por un asunto personal que prefirió no mencionar por teléfono. Ocurrió, explicó, un poco después de la fiesta de cumpleaños de Del Nogal registrada en la prensa y a la que Helmeyer asistió.

''Jamás en mi vida he sido socio de eso señor, jamás usted podrá obtener un documento en donde aparezca una sociedad mía con él'', dijo Helmeyer, acusado desde 1982 por la justicia federal de Estados Unidos por falsedad en una compra de armas en Atlanta. Helmeyer iba piloteando el avión Partenavia desde el cual fue lanzado Patti.

''Yo no tengo ninguna opinión de él, no soy su amigo ni tampoco soy su enemigo y no me importa la situación que está pasando, eso es un problema de él, única y exclusivamente de él'', agregó.

''No sabemos si el señor Del Nogal va a ser condenado por tráfico o lavado de dinero en Italia, pero lo que sí sabemos es que tiene conexiones impresionantes con el gobierno nacional, y proyectos internacionales del Gobierno con empresarios en el extranjero y el señor fiscal no investiga'', afirmó Montoya a la prensa venezolana

Al día siguiente de las denuncias de Montoya el fiscal Isaías Rodríguez aseguró que antes de la captura en Italia, su despacho investigaba a Del Nogal, aunque no precisó por cuál delito.

El ministro de comunicaciones, William Lara, señaló que ``no ha habido ni hay relación alguna entre Walter del Nogal y el equipo que dirigió la campaña electoral del comandante Chávez el año 2006''.

La captura de Del Nogal revivió el adormecido escándalo del empresario venezolano Guido Alejandro Antonini, acusado de contrabando en Argentina por el intento de introducir al país una valija con $800,000 sin declarar el pasado 4 de agosto .

Según versiones del diario La Nación de Buenos Aires, Del Nogal viajó a la Argentina al menos cinco veces, entre el 2003 y el 2005 "siempre en notable coincidencia con elecciones, recambios ministeriales o cumbres multilaterales en la Argentina''

El mismo diario afirma que existe una orden de captura internacional solicitada por Suiza por ``lesiones con resultado de muerte, homicidio o asesinato, drogas y falsificación de moneda''.

En un perfil de la familia Del Nogal, titulado Del Nogal un árbol cuyo tronco endereza la revista Exceso de Venezuela se aventuró a explicar el proceso de reconciliación del empresario con la sociedad caraqueña

''No importa el pasado'', afirma el reportaje "no importan las fallas y las cargas que éstas acarrearon sobre la familia: el nubarrón se ha disipado y la todopoderosa sociedad te ha aceptado así como eres; ya no hay nada que temer, es hora de disfrutar porque eres uno más dentro de la élite. ¿A quién le importa el pasado en un país que se destaca por su devota capacidad para olvidar?''.
GERARDO REYES
El Nuevo Herald


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