martes, 9 de octubre de 2007

Una ideología llamada fascismo

EL FASCISMO es una doctrina cuyo origen no está del todo claro, aunque su padre o mentor fue Mussolini y su ejecutor a plenitud Hitler. Si bien, sus inicios históricos son turbios, pueden extraerse algunas premisas básicas que se generaron en su aplicación.

Todo fascista reniega del pasado inmediato y rememora los viejos ideales sociales.
Es por ello que Hitler quería recuperar la magnitud que alguna vez había poseído el Imperio Germánico y Mussolini se presentaba como el sucesor del César y el continuador de la expansión y progreso de Roma.

Hay que considerar, que dentro de los fascistas ha sido un punto en común, que los líderes carismáticos que desarrollan estas ideas, son personas problemáticas, envueltas en hechos de violencia. Basta con estudiar a Hitler y observar que se vio incurso en un fallido golpe de Estado y que Mussolini era un joven radical que en diversas oportunidades fue castigado por sus actos violentos. Una vez en el poder, este sentido de violencia se traduce en una creencia en la que el ejercicio de la paz perpetua no es real y en muchos casos hay que recurrir a la guerra para transformar al mundo y derrotar a los Estados opresores.

Aunado a ello, los regímenes fascistas no escatiman en ofrecer la acción y la vida de sus conciudadanos para lograr intereses que repercutan a otras sociedades. Es una solidaridad que se crea entre los líderes y que los lleva a ofrecer la sangre de su pueblo para alcanzar logros como bloque.

La política exterior no escapa a las transformaciones y los diplomáticos pasan a convertirse en unos agentes de propaganda del gobierno. ¿Para que quiere el fascismo una diplomacia real, si cree que la paz es una utopía? De igual forma las escuelas incorporan nuevos programas e introducen un nocivo culto al líder.

En los gobiernos fascistas
no existe una clara diferenciación entre Estado y gobierno, por ello era común ver a los más importantes jerarcas del Partido Nacional Socialista Alemán, ejerciendo a su vez las posiciones más representativas del gabinete de su país.

Las estructuras preconcebidas tienen que ser aniquiladas.
Eliminar los partidos opositores, tildar a los enemigos del gobierno como enemigos de la patria y eliminar sutilmente toda forma de organización, bien sea ilegalizándola, inutilizándola o creando estructuras paralelas.

Este cruel invento europeo, dejó millones de muertos y heridas sin cerrar.

Luis Daniel alvarez Vanegas

www.soberania.org

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