Chávez y la coca en la Cumbre
El órgano de la ONU encargado de velar por el cumplimiento de los tratados internacionales sobre drogas pide a los gobiernos de Bolivia y Perú que prohíban masticar hoja de coca y exige mayores esfuerzos para erradicar esa práctica.
La Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) “exhorta a los Gobiernos de Bolivia y Perú a que adopten medidas sin demora con miras a abolir los usos de la hoja de coca que sean contrarios a la Convención de 1961, incluida la práctica de masticarla“.
En su Informe Anual sobre las Drogas 2007 se critica también que en esos dos países se dedique la hoja de coca a fines industriales como la fabricación del mate de coca, que va más allá del uso medicinal que le asignan a esa planta los tratados internacionales.
La JIFE pide que esos países piensen en un cambio legal para “abolir o prohibir” la práctica de masticar hoja de coca, así como “la fabricación de otros productos que contengan alcaloides de la coca con destino al consumo interno y a la exportación”.
La hoja de coca es la materia prima de la cocaína, pero también tiene usos tradicionales y medicinales en Bolivia y Perú, donde se permite su plantación y distribución dentro de los márgenes que establecen las leyes nacionales.
Masticar hoja de coca es “dañino o podría ser dañino, y creo que la gente que redactó la Convención (de 1961) estimó que era dañino, que no se debía practicar”, aseguró a Efe Philip Emafo, el presidente de la JIFE.
Después de Colombia, Perú y Bolivia, respectivamente, son los mayores productores de hoja de coca, de la que se extrae la cocaína, y Estados Unidos, así como la ONU, han impulsado una política destinada a reducir los cultivos ilícitos del arbusto en la lucha contra el narcotráfico.
En el caso de Bolivia el documento indica que “la Junta observa con preocupación que el uso de la hoja de coca con fines industriales, por ejemplo, la producción de té o harina de coca, contraviene los tratados de fiscalización internacional de drogas“.
El vicecanciller boliviano, Hugo Fernández, declaró a Efe en Viena que esa petición es fruto de la “ignorancia” y de “la mentalidad arcaica” de la JIFE, ya que “su concepción es anacrónica, obsoleta y no es científica”.
Fernández explicó que se ha producido “una revalorización de la hoja de coca por la revalorización de las culturas indígenas“, para asegurar que es “una práctica que no se va a eliminar”.
El vicecanciller recalcó que pedirá a la JIFE que se informe mejor, ya que Bolivia hizo en 1989 una excepción sobre la fiscalización de la hoja de coca en la Convención de Viena.
El responsable boliviano se encontraba en Viena para participar en una reunión del mecanismo de cooperación en materia de drogas UE-América Latina y Caribe.
El informe de la JIFE también pide a los países que otorgan ayuda al desarrollo a Bolivia “que velen por que la asistencia que se preste al Gobierno de Bolivia esté siempre en consonancia con los tratados de fiscalización internacional de drogas“.
Otro aspecto polémico es la interpretación de la JIFE de que masticar hoja de coca tiene un impacto en el aumento de la drogadicción en Bolivia y pide programas educativos que tengan en cuenta “el papel que desempeña (masticar coca) en la progresión de la drogodependencia”.
En estos programas se tratará de prevenir “la expansión de esa práctica en los estudiantes y los jóvenes en general, los conductores de vehículos de transporte público y otros grupos vulnerables de la población de Bolivia”.
Hugo Fernández contestó que la vinculación de la hoja de coca con la drogadicción está “fuera de la realidad”, ya que masticar la planta está “generalizado en las poblaciones de origen indígena y nunca ha causado drogadicción”.
Vía Efe
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