Lo que puso en juego
La decisión presidencial de alinear tropas venezolanas en la frontera luego de que Ecuador reclamara la violación de su soberanía por Colombia, no sólo puso a nuestro país al borde de un conflicto armado, sino que afectó altamente el comercio binacional, que anualmente registra gran cantidad de ingresos para los venezolanos. Luego de una semana de "frontera caliente" y fuerte "diplomacia de micrófono", en que acusaciones y descalificaciones iban y venían, se perdían grandes cantidades de dólares. Lea aquí cuánto estuvo en peligro.
El pasado 2 de marzo, el presidente Chávez, desde su programa dominical Aló Presidente, reveló que había hablado telefónicamente con su homólogo ecuatoriano Rafael Correa, quien le comentó que las Fuerzas Armadas Colombianas "bombardearon desde el sur y el norte del río, o sea, desde el sur en territorio ecuatoriano", violando la soberanía de Ecuador.
Asimismo aseguró que Ecuador "está retirando su embajador de Colombia y moviendo tropas hacia el norte", al tiempo que resaltó que le comunicó al presidente Correa que "contara con Venezuela para lo que sea, en cualquier circunstancia" y ordenó al ministro de Defensa, general Gustavo Reyes Rangel Briceño, mover diez batallones de tanques a la frontera con Colombia; así como el despliegue de la Aviación Militar Venezolana.
Resaltó que en Venezuela "no queremos guerra"; sin embargo aseguró que "no le vamos a permitir al imperio norteamericano, que es el amo, y a su cachorro, que nos vengan a dividir".
Aseguró que "Colombia es un Estado terrorista sujeto al gran terrorista que es el Gobierno de Estados Unidos y su aparataje. Si tuviéramos que dar el Ayacucho del siglo XXI, lo daremos y será en Colombia, la liberaremos de la mano del imperio".
Todo un hermano mayor en defensa del hermano pequeño: la escaramuza de Uribe con Correa contaba ahora con la participación directa de Hugo Chávez. Todos los venezolanos vieron las declaraciones posteriores y el despliegue de las tropas a la frontera colombo-venezolana. Y el gasto enorme que ello significó incluyendo el cerrar y reabrir nuestra embajada en Bogotá. Lo curioso, es que en la Cumbre de Río, en Santo Domingo, Chávez le hablaba a Uribe en primera persona al referirse al comercio binacional, como si éste le perteneciera. Cosas como “te he comprado”, “he invertido” “he desarrollado” entre otras. Ese intercambio es el producto de años de desarrollo, de un denso entramado económico y social, y de enormes de inversiones en empresas destinadas a servirlo.
Pero de un plumazo y por líos entre terceros, el presidente de manera unilateral se propuso tirar todo eso a un cesto. ¿Cuánto significa ese comercio? Veamos su evolución.
En los años recientes, este comercio binacional ha tenido un crecimiento vertiginoso. El año 2006 terminó con más de cuatro mil millones de dólares de intercambio. Este comercio genera más de trescientos mil empleos directos.
Para ambos países, somos los principales socios comerciales aparte de Estados Unidos. Esto y mucho más fue lo que la decisión presidencial puso en juego.
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