viernes, 19 de septiembre de 2008

El gobierno al rescate del sector financiero


El gobierno de George W. Bush brindó el viernes una medida de rescate sin precedentes para el sector financiero, que le costará a los contribuyentes cientos de miles de millones de dólares. Eso ocasionó una sacudida que revivió los mercados financieros de Estados Unidos y el resto del mundo de forma momentánea, pero siguen las interrogantes sobre si el audaz esfuerzo funcionará.

Lo cierto es que nadie lo sabe. Ni el país ni sus mercados financieros han pasado por esto antes.

Lo que está en el núcleo de todo esto es la profunda crisis del mercado de vivienda, y los planes anunciados por Henry Paulson, el secretario del Tesoro, enfocan algunos elementos del problema.

Pero el plan no menciona muchas otras áreas importantes.

Según los expertos, la urgencia que hay detrás del plan de Paulson proviene de temores de que lo que comenzó como un problema en el financiamiento de las viviendas se extienda a otras áreas de la economía, de un modo que no se ha visto desde los años 30.

"Estamos en peligro de no tener dinero ni siquiera para financiar préstamos para automóviles'', dijo el viernes el representante Barney Frank, demócrata por Massachusetts, que preside el Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes, discutiendo la crisis en el canal de televisión C-Span. "Estuvimos en peligro de ver enormes daños en todo el sistema financiero''.

Los dirigentes del Congreso de ambos partidos acordaron esforzarse durante todo el fin de semana para redactar una ley que autorice el plan del gobierno de Bush de comprar todas las acciones hipotecarias que se encuentran en la base del problema y sacarlas de los libros de bancos y otras entidades de préstamos.

Paulson anunció el plan ayer, diciendo que colaborará con el Congreso para crear un "mecanismo'' que se responsabilice por los valores, que están compuestos de préstamos hipotecarios que se han reunido y vendido a entidades, para que rindan ganancias mediante los pagos hipotecarios de los préstamos individuales.

Pero nadie sabe precisamente cuánto dinero hay vinculado a esos valores. Paulson calcula que el costo de comprarlos estará "en los cientos de miles de millones de dólares''. Otros creen que el costo podría ser de más de medio billón. Para comparar, la magnitud total de la deuda nacional de Estados Unidos es de alrededor de $10 billones.

Por cierto, el costo del plan hará parecer pequeña la cantidad de $124,000 millones que los contribuyentes gastaron en los años 80 durante la crisis de las entidades de ahorros y préstamos, cuando una entidad gubernamental, Resolution Trust Corp., se creó para que adquiriera y después vendiera los bienes defraudados de las agencias de ahorros que habían quebrado.

Pero los analistas dijeron que los riesgos de no hacer nada estaban aumentando a diario, porque había otros problemas económicos combinándose con el desplome de los precios de bienes raíces y estaban empujando más aún el nivel de incumplimiento de deudas hipotecarias.

"Ahora hay más desempleo y una economía estancada, y eso podría dar lugar a otra oleada de reposesiones, algo que nadie había anticipado hasta ahora'', dijo Rick Sharga, vicepresidente de RealtyTrac, una compañía de análisis de Irvine, California, que suministra estadísticas muy leídas relacionadas con reposesiones en todo el país.

¿Hasta dónde llega el problema? RealtyTrac espera incumplimiento de pagos de 2.8 millones de hipotecas para principios del 2009. Y según Sharga, existe la probabilidad de que para fines de este año, los bancos tengan un millón de propiedades, independientemente del plan del Tesoro, ‘‘que harán difícil poder evitar que el mercado baje más aún''.

"Si encima de eso ponemos la recesión, o simplemente un número significativo de pérdidas de empleos, entonces las moras de pagos aumentarán . . . y las cosas se pondrán peores'', dijo Jay Brinkmann, economista principal de Mortgage Bankers Association en Washington.

Ese será probablemente el argumento de los demócratas en la próxima semana, cuando promuevan otro plan de estímulo económico para ayudar a moderar o evitar la recesión. Pero la clave de eso podría ser el nivel hasta el cual Paulson pueda revivir los congelados mercados de préstamos.

Paulson anunció el viernes distintos pasos destinados a apuntalar esos mercados.

El Departamento del Tesoro apeló a un instrumento de la época de la depresión, el Exchange Stabilization Fund, con el fin de aportar $50,000 millones en seguros para los inversionistas que se encuentran en mercados monetarios de $2 billones. Los fondos mutuos del mercado monetario se clasifican entre las inversiones más seguras, pero un peje gordo de este mercado fue incapaz de hacer frente el miércoles a las solicitudes de pago de obligaciones, por lo que los reguladores temieron que se produjera algo semejante a un banco gestionado con fondos del mercado monetario.

La Reserva Federal anunció que estaba otorgando préstamos de emergencia para ayudar a los bancos comerciales a comprar valores comerciales garantizados con activos provenientes de los mercados monetarios. Este movimiento es importante porque busca descongelar los préstamos interbancarios que resultan vitales para que los Estados Unidos corporativos consigan fondos para hacer frente sus necesidades de flujos de efectivo a corto plazo.

La Comisión de Bolsa y Valores anunció una suspensión temporal de 10 días, que puede extenderse otros 30, de las ventas cortas de 799 acciones financieras. La venta corta es una práctica común en la cual los inversionistas apuestan a que el valor de las acciones disminuirá. Los bancos y otras compañías financieras se han quejado de que los vendedores cortos estaban contribuyendo a una reducción aguda de los precios de sus acciones.

El Tesoro y la Administración Federal de Financiamiento de Viviendas buscarán engrasar los mecanismos de los préstamos hipotecarios haciendo que Fannie Mae y Freddie Mac dupliquen, hasta $10,000 millones, la cantidad de valores -bonos hipotecarios- garantizados por hipotecas que pueden comprar. El Gobierno intervino estas dos compañías hipotecarias el 6 de septiembre, y ellas serán decisivas para acabar con el bajón inmobiliario.

Pero el paso más grande -y el menos concreto- fue la decisión de establecer una vía para que el Gobierno asuma el riesgo de los valores garantizados por hipotecas.

El Nuevo Herald

http://www.elnuevoherald.com/167/story/287795.html

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