martes, 20 de mayo de 2008
Las FARC estarían "resquebrajadas"
"Karina", la guerrillera que ayer se rindió por la "presión" del Ejército y el temor a ser traicionada, dijo que la organización está fracturada.
La guerrillera Nelly Avila, alias Karina, considerada una de las dirigentes más crueles de las FARC, aseguró el lunes tras entregarse a las autoridades que ese grupo está fracturado y negó haber participado en el asesinato del padre del presidente Alvaro Uribe en 1983. "No conozco la situación (de las FARC) a nivel nacional, pero sé que están resquebrajados", dijo la mujer de unos 40 años, en rueda de prensa en Medellín (noroeste).
Avila señaló que desde hacía dos años "no tenía comunicación con el resto de la dirección" del frente 47 de las FARC, que comandó hasta 2002 cuando fue relegada en la línea de mando. "De los miembros del secretariado (cúpula) no sé nada", agregó Karina, confesando que se rindió el domingo por la "presión" del Ejército y por temor a correr la misma suerte de Iván Ríos, su jefe y miembro del alto mando rebelde, asesinado en marzo por un subalterno para cobrar la recompensa del gobierno.
"Como había tanto dinero por mí, eso me ponía a pensar mucho", afirmó Karina, por quien el gobierno ofrecía 1 millón de dólares, parte de lo cual será pagado a informantes, según el ministro de Defensa Juan Manuel Santos.
Avila negó haber participado en el crimen de Alberto Uribe, padre del actual mandatario, quien sindica a las FARC del asesinato, aunque ese grupo lo atribuye a venganzas entre narcotraficantes.
"No conozco ni supe nunca quién asesinó al papá del presidente, no tengo las manos manchadas por ese hecho", sostuvo la guerrillera. El ministro de Defensa Juan Manuel Santos dijo previamente que Karina estaría implicada en el homicidio del padre de Uribe, ocurrido el 14 de julio de 1983, aunque manifestó carecer de "elementos de juicio" para confirmarlo.
"Esa versión circula desde hace mucho tiempo y está dentro de su prontuario, pero no podría decir si es así o no", alegó el ministro.
Avila es acusada de cuatro masacres cometidas en la región de Urabá (noroeste) entre 1994 y 1996, y de decenas de secuestros y ataques a la fuerza pública. Entre estos últimos se le atribuye la toma de un batallón en Juradó en diciembre 1999, en la que murieron 25 militares y 12 fueron secuestrados.
En diciembre de 2005 comandó un ataque a la Policía en San Marino (noroeste) con saldo de ocho policías muertos y 30 retenidos (liberados después), según las autoridades. "Se caracterizaba por su crueldad y audacia, por las masacres y los golpes que dio a lo largo de 20 años en la guerrilla, por eso era un objetivo militar muy importante", dijo el ministro.
Salvador enfatizó que "todas las acusaciones de Colombia se basan en suposiciones" y apuntó que Quito desconfía en la palabra de las autoridades colombianas.
Dijo que para la reanudación de los nexos también "es indispensable" que se establezcan mecanismos a través de la OEA -que realiza buenos oficios para que la crisis sea solucionada- para "garantizar" que hechos como la incursión colombiana del 1 de marzo "no se vuelvan a repetir en ninguna circunstancia".
"Desgraciadamente siguen habiendo incidentes en la frontera. En las últimas semanas (hubo) por lo menos dos", señaló la ministra, anotando que "helicópteros colombianos ingresaron" en territorio ecuatoriano "e inclusive en la zona del (limítrofe) río San Miguel unas embarcaciones militares colombianas estuvieron de nuestro lado".
"Con el fin de evitar que a partir de esos incidentes se escale a nivel militar (la crisis), hemos decidido, y es lo que estamos proponiendo, que se restablezca inmediatamente la cartilla de seguridad", afirmó Salvador sin ofrecer detalles sobre las nuevas incursiones.
Dicho mecanismo establece procedimientos para los militares de ambos países encargados del control fronterizo, aunque su aplicación quedó en suspenso desde que Quito rompió relaciones.
De acuerdo con la cancillería, jefes militares de las dos naciones se reunirán este miércoles en San José, en el marco de las gestiones de la OEA, para poner en vigencia la cartilla de seguridad de manera temporal.
Asimismo Salvador aseguró que "existen señales y una luz de esperanza" para restablecer los contactos con las FARC con miras a obtener la liberación de los rehenes en poder de esa guerrilla, incluida la política Ingrid Betancourt.
"Evidentemente hay señales, hay una luz de esperanza de poder restablecer alguna forma de vínculo con las FARC con el único objetivo, en eso sí queremos ser muy claros, de apoyar al proceso humanitario de liberación de rehenes", sostuvo.
La funcionario añadió que a Ecuador sólo le interesa "ese único vínculo" con el grupo insurgente, pero que en su búsqueda no permitirá "ningún tipo de operación" de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en su territorio.
La franco-colombiana Betancourt, secuestrada en febrero del 2002, fue incluida por las FARC en un grupo de 39 rehenes que pretenden canjear por unos 500 insurgentes presos.
http://www.megaresistencia.com/portada/content/view/2189/1/
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