Campesinos cruceños votan en el referéndum para la autonomía de su departamento
Referéndum de Santa Cruz, en Bolivia
En estos momentos Morales está logrando un récord que ni su mentor venezolano alcanzó a sufrir. En menos de lo que dura una legislatura está logrando acumular más fuerzas en el bando contrario que en el propio. Lo que está logrando no es más que el efecto “boomerang” de su misma actitud política. Desde el comienzo, todos los gestos y la propaganda de Morales y los “moralistas” se encaminaron a deslegitimar la precaria democracia existente
"Estamos dispuestos a compartir el fruto de nuestro trabajo con el resto de los bolivianos. Pero no con el gobierno dictatorial de Evo Morales, que se ha aliado con Hugo Chávez para convertir al país en una réplica de Cuba". Con estas palabras del gobernador del departamento de Santa Cruz se resume el espíritu del referéndum por la autonomía de esta provincia cuyo resultado, según las encuestas a pie de urna, dan la victoria al “sí” propugnado por sus convocantes.
La consulta realizada ayer encaja perfectamente en el sistema constitucional boliviano vigente y propuesto por el mismo Morales. Pero lo cierto es que éste, tanto por estupidez como por perversión moral, niega a los departamentos ese derecho y aplica el “abc” revolucionario de exculparse de sus errores apelando a la sempiterna conjura de los poderes de la derecha y la oligarquía.
El actual caso de Bolivia, que enfrenta no sólo al departamento de Santa Cruz con el gobierno radical de Morales, como éste pretende insistir. Lo cierto es que la supuesta “minoría rica subversiva” que Evo cree ver contra él es, en realidad más mayoritaria. Sucesivamente se llevarán a cabo consultas respectivas en Beni y Pando – el 1 de julio- y Tarija.- el 22 de julio-. Además de las cuatro regiones mencionadas hay propuestas en los departamentos de Cochabamba y Chuquisaca para solicitar la aprobación de sus correspondientes procesos autonómicos, circunstancia que demuestra que en Bolivia, de nueve departamentos, seis apoyan los cambios en la estructura territorial del Estado.
Bolivia está cada vez más cerca de ser un estado fallido. Padece graves e históricas deficiencias. La más grave es su desigualdad social y racial fruto tanto de la ideología indigenista, que se añade a otros racismos igualmente intolerantes, como de la inaplicación de verdaderas medidas liberalizadoras. La falta de extensión de los derechos de propiedad de manera global afecta negativamente a la capitalización de los más pobres. Si a eso añadimos que las recetas que a éstos les fascinan son colectivistas y socialistas, el callejón Boliviano tiene la salida sellada.
En estos momentos Morales está logrando un récord que ni su mentor venezolano alcanzó a sufrir. En menos de lo que dura una legislatura está logrando acumular más fuerzas en el bando contrario que en el propio. Lo que está logrando no es más que el efecto “boomerang” de su misma actitud política. Desde el comienzo, todos los gestos y la propaganda de Morales y los “moralistas” se encaminaron a deslegitimar la precaria democracia existente, sus instituciones parlamentarias y trasladar el origen de su legitimidad al indigenismo irracional y predemocrático.
Lógico es que la respuesta venga por las fuerzas que quieren reequilibrar lo que él mismo desequilibra día a día. Lo que ocurre es que, abierta la tapa de la caja, la tempestad que salga de ella es imprevisible.
Diario de América
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