viernes, 2 de mayo de 2008

¿Por qué provoca?


Tal como si fuera Dios e imitando las leyes divinas, el Presidente Hugo Chávez ha puesto en marcha su propio decálogo, algo así como las tablas contentivas de los 10 mandamientos. La única diferencia es que al establecer tales lineamientos, no habrá uno, sino 10 Moisés que tendrán a su cargo llevar a cabo los caprichos de "Su Majestad" y que en realidad son focos de provocación para que el Gobierno tenga la excusa de cancelar las elecciones del 23 de noviembre.

En primer lugar, el empeño que ha puesto Chávez en el tema del nuevo currículo educativo resulta extremadamente sospechoso. No se trata de mejorar la educación como lo señala el propio Presidente en compañía de sus “asesores”. Más bien es un empeño en adoctrinar desde las aulas lo que él cree que será la base del sustento de su presidencia vitalicia, ya que un estudiantado aleccionado sería un apoyo incondicional. Sin embargo, Presidente, no se confíe, venezolano pendejo no llega a viejo.

Seguimos con el segundo mandamiento. Llama poderosamente la atención el deseo de Hugo Chávez de rodearse de todo lo que sea contrario a los valores. De dónde habrá sacado la idea de una policía nacional guerrillera. Es posible que haya sido de sus amorosas relaciones con las FARC de donde, seguramente, habrán salido los asesores para hacer realidad el sueño del caudillo, que cada vez se siente más sólo y desea tener quien lo proteja a la hora de la chiquita.

En tercer lugar, y en contraposición a lo anterior, Chávez quiere eliminar o minimizar el accionar de la Guardia Nacional. Este segmento de la Fuerza Armada no le garantiza fidelidad extrema y, además, todos saben la animadversión del Presidente a todo lo que representa este cuerpo al cual en ocasiones y en privado, lo ha calificado de súper corrupto. Cachicamo llamando a morrocoy conchudo.

El cuarto mandamiento de este decálogo lo representa la intención del Gobierno, a través de la Contraloría General de la República, de inhabilitar políticamente a más de 400 líderes nacionales los cuales, según el régimen, son golpistas y no pueden aspirar cargos públicos. Sin embargo, más bien se trata de miedo cerval ante lo que podría ser el triunfo de esas personas en las elecciones de noviembre venidero.

El quinto mandamiento, y no hay quinto malo, es la campaña en contra de la industria privada que se patentiza en la desinversión que se ha observado en este importante sector de la economía. Un país si el concurso del sector privado y que dependa del Gobierno para su subsistencia, está destinado a la ruina y, por consiguiente, a la muerte.

Muy unido a lo anterior está el sexto tema de provocación del régimen. En este momento nadie puede garantizar que su industria, comercio o unidad de producción agropecuaria esté a salvo de las apetencias del Gobierno. Esto, unido a la inseguridad, o más bien a la impunidad jurídica imperante, hace avizorar un futuro nada halagador en relación con la propiedad privada.

Más grave aún es el séptimo punto del nefasto decálogo de Hugo Chávez para la provocación. En este momento estamos viviendo con una economía de puerto sólo vista en los países sauditas que nada producen y todo lo compran. En Venezuela, donde hasta hace poco florecían empresas que además de producir bienes y servicios proporcionaban puestos de trabajo, ahora sólo se ven barcos venidos de países amigos del régimen con productos de dudosa calidad y que por obligación debemos consumir todos los venezolanos.

Y mucho ha criticado este Gobierno las políticas que en materia carcelaria teníamos en Venezuela, pero los flamantes ministros del Interior y Justicia que han desfilado por ese despacho, sin excepción, lo que han hecho es empeorarlas. La situación carcelaria en el país cada día es más brutal y represiva, hecho que no le molesta al régimen porque un estallido social provocado por los familiares de los procesados le vendría como anillo al dado.

El noveno mandamiento o tema de provocación es el constante interés de provocar un enfrentamiento con los estudiantes de los centros de educación superior. Como es del conocimiento general, el Gobierno trata de dirigir o limitar las inclinaciones profesionales de los bachilleres, lo cual nunca se había visto en un país donde se estudiaba con libertad y sin imposiciones.

Para cerrar con broche de oro este decálogo de la provocación, vemos el interés inocultable del régimen de ponerle la mano a la banca privada por lo que no es de extrañar que si seguimos por esa vía, la banca nacional en menos de dos años estaría nacionalizada y quien tenga dinero en la entidad de su preferencia, no podrá disponer del mismo, es decir, estaremos en presencia de un vulgar corralito al mejor estilo argentino.

¿Por qué Chávez provoca? Muy sencillo necesita suspender las elecciones regionales a través de azuzar a la extrema derecha que quiere una vía distinta a la democrática. El cree que con una confrontación el sobrevive políticamente a su etapa más crítica en el poder.

La oposición debe tener paciencia y no caer en el juego diabólico de la radicalidad. Salgan a protestar, pero sin llegar a la violencia. Tenemos que ser inteligentes para defender la democracia. No empeñemos el futuro del país en un camino violento. Eso es lo que Chávez quiere para que no haya elecciones.

Diario Informe
Carlos Alaimo
http://www.megaresistencia.com/portada/content/view/2037/1/

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno y muy real e imaginativo y concluyente.. en fin me encanta el artículo que voy a publicar en un post en el blog VENEZUELA EN LIBERTAD.
Animo amigos, seguiremos siendo libres y democraticos

Katya dijo...

Indudablemente, seguiremos siendo libres y democráticos... a pesar de Chavez. Considero algo realmente patético el intento de Chavez por instaurar el "socialismo marxista", No tendrá éxito. Su discurso es vacuo, vacío, repite consignas de la época de la Guerra Fría. Muy pocos se tragan ese cuento de que el "imperio" nos está atacando, o que el "imperio" desea apoderarse del petróleo venezolano. Después de Irak ya USA sabe que no se puede ir a un país a tomar sus recursos naturales por la fuerza...

A estas alturas del Siglo XXI reverenciar a Marx, Engels, el Che, Mao, Lenin y otras piltrafas del panteón comunista es una infantilada, propia de persona con profundos traumas y complejos que no ha logrado superar.

Cualquier ser pensante con cuatro dedos de frente cae en cuenta en do segundos de que el proyecto de chavez es inviable y va directo al fracaso.

Todavía confío en la FAN, en los militares institucionalistas de la FAN, sobre todo en los mandos medios.

Saludos