La crónica negra de los sicarios de Colombia, México y Perú tiñe de sangre Buenos Aires, igual que ocurrió años atrás en Madrid y otras ciudades de España.
Juan Sebastián Galvis Ramírez no dejaba de contemplar el Rolex de platino con diamantes que lucía en su muñeca. Toda la vida quiso tener ese reloj y lo consiguió a los 29 años. Se pavoneaba exhibiendo su esfera brillante, incluso aunque fuera vestido de jeans, gorrilla de béisbol y sandalias.
Pero el goce consumista le duró poco. Levantó la vista y vio frente a él a dos jóvenes en moto. Uno de ellos, con deje colombiano, preguntó: "¿De quién es ese 'carro'?", refiriéndose a su lujoso cuatro por cuatro Touareg aparcado en mitad de la calle. En ese instante presintió la llegada de la muerte y quiso huir dando zancadas a ninguna parte.
Se maldijo a sí mismo por no haberse resguardado en su vehículo blindado en lugar de esperar en la calle y desarmado a su cuñado, Jorge González Ramírez, que en ese momento estaba comprando una lancha.
El primer balazo no fue definitivo e intentó huir. Pero de inmediato lo abatió una ráfaga de plomo que vomitaba la pistola calibre 9 milímetros que empuñaba uno de los motoristas. De las 13 municiones que le dispararon –todo el cargador-, diez 'cosieron' su cuerpo en el tórax y cuello.
Culminada la faena, los asesinos desaparecieron. Juan Sebastián yacía agonizante en la acera, con su Rolex manchado de sangre. Ya estaba muerto cuando fue atendido por el médico de urgencias, que lo cubrió con una manta antes de la llegada de los fotógrafos.
Colombianos instalados en Buenos Aires
Este crimen no se perpetró en las calles de Medellín, Cali, Bogotá, Sinaloa ni México DF, sino que ocurrió en la zona más exclusiva del barrio de San Fernando, a las afueras de Buenos Aires. La víctima y su cuñado son ciudadanos colombianos radicados temporalmente allí y los sicarios, compatriotas suyos.
Los cuñados vivían a todo lujo en un piso de la torre 'Le Parc', valorado en 700.000 euros. Y poseen un crucero Prevazer 46, de 400.000 euros, con capacidad para siete personas. Lo bautizaron 'Woods', en honor al golfista Tiger Woods, tras comprárselo a Fernando Miele, ex presidente del club de fútbol San Lorenzo.
Al registrar la embarcación, los policías se incautaron una pistola calibre 40. Con un arma idéntica a esa, un sicario en motocicleta asesinó, el 24 de julio pasado en Buenos Aires, a los colombianos Jorge Alexander Quintero y Héctor Duque, uno de los cuáles era requerido en su país por narcotráfico.
El 3 de marzo de 2008, otros dos colombianos aparecieron descuartizados y calcinados en el barrio bonaerense de La Matanza. Todo un sarcasmo el lugar elegido para desollarlos.
En la 'villa miseria' denominada '1.11.14' –chabolas pobrísimas sin agua potable ni cloacas- bandas de narcos chocan por el control de la venta de cocaína. Esa 'guerra' ya se ha cobrado 20 asesinatos a tiros, casi todos de ciudadanos peruanos residentes allí.
Argentina y Perú, destino preferido de los narcos
Para el diario 'La Nación', Argentina va camino a convertirse en un 'sicariato', pero el ministro de Seguridad, Anibal Fernández, no cree que haya una ola de asesinatos por encargo. "México en 2008 tuvo 6.800 muertes de estas características, mientras que nosotros, de 2004 a esta fecha, debemos tener 24 ó 25", sostuvo.
Pero lo cierto es que los casos se multiplican. Los comerciantes argentinos Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina fueron secuestrados y fusilados de un pistoletazo en la nuca. Los investigadores sospechan que vendieron efedrina a una banda del mexicano cartel de Sinaloa que había montado una 'cocina' de drogas sintéticas en el barrio bonaerense de Maschwitz.
El periodista especializado Héctor Veloza Cano, del diario colombiano 'El Tiempo', diagnostica que "Argentina y Perú son los lugares de refugio que han buscado los narcotraficantes, porque no ven en Colombia margen de maniobra. A esos países también llegan los sicarios por la necesidad que tienen los narcos de silenciar a los que saben mucho de ellos".
Además, los narcos usan el puerto de Buenos Aires como vía de salida a sus exportaciones, principalmente a España. Hace un año, quisieron enviar una tonelada de cocaína a Barcelona escondida en los equipos protectores de césped del recital 'Dos pájaros de un tiro', que Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina brindaron en el estadio 'La Bombonera' del club Boca Juniors.
El Mundo, España
http://www.elmundo.es/elmundo/2009/02/26/internacional/1235612687.html
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